Cuando Nacho ve un coche de gama alta en cualquier semáforo no puede evitar fijarse más en la matrícula que en el lujo. Sabedor de que es el tipo de automóvil más demandado por las organizaciones del crimen organizado asentadas en la Costa del Sol, su instinto le pide buscar en la placa cualquiera de las anomalías que suele encontrar en las diferentes operaciones en las que otros grupos de la Guardia Civil o de la Policía Nacional recurren a él, a Fran y a Ramón, tres linces capaces de detectar un número de bastidor manipulado segundos después de abrir el capó. «Algunos los vemos enseguida, otros cuestan más. Recuerdo un caso en el que revisamos los códigos de varios coches y parecían auténticos, pero al final nos dimos cuenta de que los bastidores eran falsos porque todos llevaban el mismo número», dice Nacho.

Los tres forman en el Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (GIAT) del instituto armado en Málaga, una discreta unidad que sorprende más por su prolífica y variadísima producción que por el claustrofóbico despacho que ocupan en el edificio del Subsector de Tráfico, en la Comandancia de la Guardia Civil. En esa pequeña habitación se cocieron el año pasado alrededor de setecientos expedientes relacionados con todos los universos paralelos que giran alrededor de las cuatro ruedas hasta convertirse en el tercer grupo con mejores resultados del país. Sólo les supera Madrid y Sevilla, donde los medios humanos y técnicos son muy superiores. La felicitación por ser el segundo grupo del país que más vehículos robados recuperó el año pasado es reveladora, pero también saca a relucir el poder de atracción que tiene la Costa del Sol sobre las organizaciones que trafican con coches robados o roban coches para traficar con drogas desde el litoral andaluz hacia el norte de España y Europa. «La A-7 es un enorme pasillo de ida y vuelta», aseguran los agentes antes de descubrir las preferencias de las mafias por los vehículos grandes y potentes.

Otras de las rutinas de estos sabuesos son los atropellos y accidentes con fuga, conductores que huyen de un control de alcoholemia, falsificación de documentos y de los reconocimientos médicos, suplantaciones de identidad en los exámenes de tráfico, fraudes a las aseguradoras, la inspección de desguaces o vigilar la manipulación de los kilometrajes de los vehículos en los compraventas, actividad de la que no se salvan algunos concesionarios oficiales. Restarle 20.000 o 30.000 kilómetros a un vehículo puede dejar un margen de beneficios muy importante, pero a veces la codicia rompe el saco: «No es normal que a un kilómetro cero se le vaya el embrague poco después de comprarlo».

Accidentes con fugas

Las investigaciones de accidentes son las más mediáticas, sobre todo cuando las consecuencias son graves y hay fuga de por medio. Aunque «cada vez hay más casos», afortunadamente no es lo que más trabajo les da. El GIAT suele intervenir cuando los compañeros de atestados se atascan o están desbordados. O cuando el caso es muy grave y exige una solución urgente. Nacho, que es el agente que más tiempo lleva en el grupo, no duda en señalar como el más extremo el accidente que tuvo lugar en 2008 en la A-7 a su paso por Benalmádena en el que murieron nueve turistas finlandeses: «Aquello fue muy duro. Las causas del accidente estaban claras desde el principio, pero tuvimos que intervenir para identificar lo antes posible algunos cadáveres. No fue nada fácil». En cuanto a las fugas, detrás de la mayoría de los casos está en el consumo de alcohol o drogas, y de la resolución dependen muchos factores. Cualquier resto recuperado en el lugar del accidente, una imagen de las cámaras de Tráfico o la búsqueda de un testigo pueden ser claves a la hora de culminar una investigación que a veces requieren tiempo y paciencia. En ocasiones, hallar un trocito o varios del vehículo fugado puede ser el comienzo de una enorme criba que ayude a cercar al culpable, ya que puede ayudar a identificar la marca, modelo e incluso el color.

Fraudes

En cuanto a los fraudes, el equipo coincide en que Málaga es una referencia nacional en la suplantación de identidad en los exámenes, sobre todo a partir de 2010, cuando comenzaron a producirse auténticas avalanchas de casos en los exámenes libres por ciudadanos extranjeros, aunque también españoles. El cabo Ramón asegura que la provincia ha liderado durante mucho tiempo el ranking de suplantaciones: «La gente venía de otras provincias. Había casos de chinos que se presentaban en grupo sin hablar una palabra de español». Todavía se ríen cuando se acuerdan de los once asiáticos procedentes de diferentes puntos de España que no dejaban de mirar sus relojes de pulsera durante todo el examen. Todos llevaban el mismo modelo y comprobaron que, aunque parecía analógico, en la pantalla aparecían las respuestas del examen.

Los agentes todavía conservan el dispositivo que un alumno de electrónica de Málaga fabricó para que los aspirantes recibieran a través de un pinganillo las respuestas que una cámara oculta similar a un botón de ropa mostraba a otra persona que se encontraba fuera de las instalaciones. «Lo que más se hacía antes era pagar a otro para que le hiciera el examen con un simple intercambio del carnet de identidad, pero han ido evolucionando. También hacen buenas falsificaciones de NIE´s (Números de Identidad de Extranjeros)», advierte Fran. Habituales son también los fraudes a las aseguradoras, que denuncian muchas simulaciones de accidentes para cobrar indemnizaciones. Como aquella a la que le extrañó que un golpe con daños mínimos entre dos vehículos produjera lesiones cervicales en varios de los ocupantes de uno de ellos: «Al final demostramos que la mayoría ni siquiera iba en el coche».

Por resolver, resuelven hasta lo que las máquinas no pueden. Como aquel coche que se saltaba sistemáticamente un radar fijo y la matrícula que aparecía en las fotos no correspondía con el vehículo de las bases de datos oficiales. El trabajo que supuso hacer una criba de vehículos por modelo, color y números similares de placas tuvo recompensa. «Lo encontramos en Fuengirola. El propietario había modificado un número con cinta aislante para poder circular más rápido de lo permitido en sus trayectos diarios», explica Ramón.

Tampoco les falta trabajo en los talleres. En los de la ITV detectan falsificaciones de inspecciones. Y en los de toda la vida, modificaciones ilegales. En cuanto a las matriculaciones, el GIAT de Málaga es capaz de chequear más de 5.000 placas al año, siendo las de ciudadanos extranjeros las más sensibles, ya que es uno de los sistemas más recurrentes para legalizar un vehículo robado. En este sentido, destacan cómo las matriculaciones de vehículos británicos han aumentado en la provincia de Málaga desde que se anunció la salida de Reino Unido de la Unión Europea.

Funciones

Accidentes con fuga

Los agentes de este grupo son especialistas seguir el rastro de los conductores que se han visto implicados en un accidente grave y se dan a la fuga. Uno de los casos que se investigan actualmente se produjo a finales de enero, cuando un conductor que invadió el carril contrario en la carretera A-355 que une Cártama y Marbella e impactó frontolateralmente contra otro huyó a pie del lugar. En la imagen, estado en el que quedó uno de los coches.Fraudes en exámenes

Desde hace años, los agentes del GIAT apoyan a la Jefatura Provincial de Tráfico para evitar que las suplantaciones de identidad en los exámenes libres para obtener el carné de conducir. Esta actividad es protagonizada mayoritariamente por ciudadanos extranjeros que apenas son castigados porque no está tipificado como delito.Tráfico de vehículos

El robo de vehículos es una actividad estrechamente ligada al crimen organizado, tanto para revenderlos como para utilizarlos en las grandes operaciones de tráfico de droga. La Costa del Sol no es ajena a esta situación y el GIAT se encarga de detectar los vehículos que están en situación ilegal.

Manipulación de matrículas

El Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas de León, lugar en el que se tramitan las sanciones de los radares, suele recurrir a los agentes del GIAT para localizar a infractores que han manipulado la matrícula para no ser identificados en las imágenes o aquella que son ilegibles

Control

Esta unidad, que depende del Subsector de tráfico de la Guardia Civil de Málaga, controla que no haya falsificaciones en las inspecciones de la ITV, el kilometraje de los vehículos en los compraventa, la actividad de los desguaces y talleres, o la falsificación de documentos.