­Un jurado popular ha condenado a 28 años, seis meses y tres días de cárcel al acusado de acabar con la vida de una prostituta en su vivienda de la calle Alemania, en la capital malagueña, el 3 de enero de 2016, con el fin de robarle la recaudación. Luego, le prendió fuego a un colchón, lo que originó un incendio.

Según consta en el apartado de hechos probados de la sentencia, el acusado se puso en contacto con la mujer el 3 de enero de 2016, ya que ella ejercía la prostitución en la vivienda. El procesado llegó al piso sobre las tres de la tarde, «y mantuvieron relaciones sexuales, practicando la llamada hipoxifilia o asfixia erótica, consistente en cortar la respiración mientras se practica el coito, usando, en este caso, una correa de perro de cuero con una cadena de eslabones metálicos que tenía la mujer en el cuello, de forma que ella estaba en posición de perrito y el acusado detrás».

Aprovechando esta circunstancia, declaran probado los miembros del jurado, que le impedían a la mujer cualquier posibilidad de defensa, «procedió a estrangularla con la correa de perro, de forma que le produjo la muerte por asfixia mecánica».

El encausado llevó a posteriori el cuerpo de la fallecida al cuarto de baño, donde, tras llenar la bañera, la puso de rodillas junto a la misma, «para introducirle después las manos y la cabeza en el agua». Seguidamente, y tras registrar la casa, «se apoderó del dinero allí existente y cuya cuantía se desconoce, procedente del ejercicio de la prostitución».

El encausado, con la finalidad de borrar cualquier vestigio que le pudiera incriminar, «quitó la tarjeta SIM al teléfono de la perjudicada, que era al que llamó el acusado para contactar con ella». Con la misma finalidad, «prendió fuego al colchón de la cama, lo que originó un incendio que afectó al dormitorio y se extendió por el resto de la casa, provocando daños en la escalera comunitaria del edificio y la vivienda inmediata superior».

El procesado mantenía diversas deudas con varias personas que le habían reclamado el importe de las mismas, dado que él se dedicaba al contrabando de tabaco. En las últimas semanas, algunos hombres lo amenazaron para que les devolviera lo que le habían prestado. La fallecida estaba casada y tenía dos hijos, aunque aquí mantenía otra relación.

La vivienda de la calle Alemania de la capital es propiedad de un tercero, que ha sido indemnizado por la compañía de seguros con 11.505 euros. Los desperfectos ocasionados en las zonas comunes del edificio, asegurado por otra empresa, han sido tasados en 6.845 euros.

El procesado es sentenciado a veinte años y un día de cárcel por el delito de asesinato, por el delito de robo le caen tres años, seis meses y un día y por el de incendio, cinco años y un día de privación de libertad.

El procesado tendrá que indemnizar al exmarido de la finada en 20.000 euros, así como también tendrá que pagar 40.000 a cada uno de los dos hijos de la desaparecida, 6.845 euros a una compañía aseguradora y 11.505 a otras, cantidades a las que hay que sumar el interés legal desde la fecha de la sentencia así como el pago de las costas procesales. Pese a todo, el tribunal declara insolvente al encausado, por lo que los afectados podrán tener acceso a una compensación económica con arreglo a lo que se dictamina en la Ley de Ayudas y Asistencia a Víctimas de Delitos Violentos y contra la Libertad Sexual.

En el acto del juicio oral, el acusado afirmó que había mantenido relaciones con la mujer, pero que después se limpió y se fue, negando por tanto haberla asfixiado e incendiado su vivienda. No en vano, aclaró que eran amigos y que le daba mucha pena lo que le había ocurrido. Su defensa pidió la libre absolución al entender que el crimen pudo ser cometido por otro hombre con el que la fallecida tenía trato.