El pasado 25 de febrero, el alcalde y representantes de varios grupos municipales acudían a los Montes de Málaga a la inauguración de un panel de ladrillo a la entrada de Alto Jaboneros. Hecho por los propios vecinos, luce el nombre de este nuevo hábitat rural diseminado en suelo no urbanizado, incorporado inicialmente en el actual PGOU en 2015.

Para los vecinos, y aunque todavía falta el visto bueno de la Junta de Andalucía, supone la simbólica entrada en la lista de barrios de Málaga. «Cuando se perdieron las viñas en los Montes por la filoxera, los propietarios no tenían con qué pagar a los trabajadores y les dieron parcelas de sus tierras. Mi bisabuelo fue uno de ellos», resume José Martín, presidente de la asociación de vecinos Alto Jaboneros, para explicar el origen del diseminado.

Desde que fundó la asociación de vecinos hace más de 20 años, José Martín reclama dos cosas al Ayuntamiento de Málaga: «Agua y que nos asfalten los carriles». De estos últimos, cuenta que sólo tienen 800 metros de carril asfaltado, en tiempos de la concejala Carolina España. «Quedan cinco mil y pico metros por asfaltar», calcula.

Los carriles de tierra, lamenta, están llenos de grietas profundas que dañan los coches y también peligra la estabilidad de algunos taludes, a punto de desmoronarse. «Son taludes que llevan así desde las lluvias de 2012», critica y lamenta que, tras la tromba de agua de febrero, «ni siquiera se han preocupado por llamar y preguntar cómo estamos». José Martín destaca que la Junta de Andalucía sí está arreglando sus carriles en estos momentos, como el de la Choza, que se adentra por el Parque Natural, «pero el Ayuntamiento limpia cunetas y taludes cada cuatro cinco años». En su opinión, hace falta un muro de contención, al menos en un punto.

Pero el gran reclamo vecinal es el agua. Los vecinos y los establecimientos de los Montes dependen todavía del camión cisterna y aunque el alcalde, Francisco de la Torre, les prometió el agua en 2000 y pese a dos proyectos, nada se ha avanzado.

José Martín argumenta que si se conduce el agua «al punto más alto del término municipal», no hará falta motores para distribuirla a muchos puntos de la ciudad. «Además, los terrenos para los depósitos y las tuberías los daríamos gratis los vecinos», apunta.

El presidente vecinal explica que desde primeros de diciembre espera asistir a una reunión entre la Junta y el Ayuntamiento para aclarar las competencias sobre los carriles y abordar la llegada del agua.

Un portavoz de Urbanismo explicó que el Ayuntamiento ultima el deslinde del dominio público hidráulico de los hábitats rurales, exigido por la Junta para dar el visto bueno. Con respecto a la llegada del agua, estimó en unos seis millones de euros el coste. «Una barbaridad», resaltó y precisó que salvo que la Junta declare el proyecto de utilidad pública, el decreto de 2012 de asentamientos en suelo no urbanizable establece que deben ser los propietarios los que costeen las infraestructuras, incluida el agua potable.