Desaparecer para encontrarse. Situar en el mapa lugares que jamás hubieras imaginado y conocer a gente que te haga conocer mundo. Ese es uno de los objetivos de la beca Erasmus. El viaje, que muchos consideran una auténtica experiencia vital, se ha transformado en los últimos años en uno de los principales atractivos de cualquier carrera universitaria.

En este sentido, durante el presente curso escolar el departamento de becas de la Universidad de Málaga se encargó de matricular a 1.376 estudiantes de movilidad en régimen de intercambio, tanto Erasmus como provenientes de otros países como Estados Unidos, Canadá, Australia, Japón, Corea del Sur o Latinoamérica.

Los principales lugares de origen de los que eligen la ciudad como residencia temporal son Alemania, Francia, Italia, aunque también hay presencia de estudiantes ingleses, checos, polacos, turcos, argentinos o mexicanos en algunas carreras universitarias impartidas en el Campus de Teatinos.

Málaga, Turquía e Italia. Esos fueron los tres destinos que le propusieron a Filipa Murta cuando decidió embarcarse en la aventura Erasmus. «Miré fotos y datos sobre Málaga en Internet y me di cuenta de que era una ciudad muy cultural e histórica», dice la joven portuguesa de 19 años. La estudiante de Periodismo, que confiesa echar de menos a sus compañeros de la Universidad de Faro, está enamorada de los paseos hacia la Plaza de la Merced y de la gastronomía malagueña. «Las tapas me gustan mucho y están muy bien aunque aún no he probado los boquerones», afirma. El 30 de septiembre es la fecha final de una emigración voluntaria que Filipa está disfrutando desde las aulas de la UMA.

Málaga es destino pero también punto de partida. Los lugares más solicitados por los estudiantes autóctonos son los de habla inglesa o aquellos que imparten sus enseñanzas en inglés, aunque no se trate de Reino Unido o Irlanda. Asimismo, Polonia y algunos países de Europa del este, que han postado por las clases en el idioma de Shakespeare y tienen un nivel asequible de vida también se han convertido en objeto de deseo de los malagueños.

El brexit no ha frenado a los que quieren estudiar fuera de España. De hecho, desde que el pasado 23 de junio el 51,9% de los británicos decidieran salir de la Unión Europea, el número de personas interesadas en viajar a alguna de las ciudades de Reino Unido no varió. Así, durante este año la Universidad de Málaga ha enviado a más de 76 estudiantes a universidades británicas mientras que en 2015 fueron 89 alumnos malagueños los que realizaron una movilidad a Inglaterra. «Mi mayor miedo es no adaptarme al clima y la cultura y, por supuesto, el dinero que allí es todo muy caro», dice Miguel Reyes, estudiante en el segundo curso de Comunicación Audiovisual. Su vuelo a Noruega está previsto para el próximo mes de agosto y el joven ya tiene pensado lo que no puede faltar en su maleta. «Llevaré mucho abrigo, mi portátil y algún libro», comenta. Entre sus deseos está la necesidad de hacerse mayor. «Creo que esta experiencia me servirá para madurar. Yo solo tendré que resolver todo», asevera.

Los días previos al viaje

El Erasmus es una experiencia vital que no está exenta de los problemas previos relativos al papeleo. Antes de coger el avión, los alumnos deben pasar por reuniones y por una ardua recopilación de documentos. Asimismo, los estudiantes deben cumplir una serie de requisitos como ser alumno matriculado, haber superado un mínimo de 60 créditos en un curso académico y acreditar que posee el nivel de idiomas que requiere su lugar de destino. El proceso de solicitud y adjudicación de destino se efectúa durante el curso en el que se solicite la beca y la movilidad se realiza durante el año siguiente. «Yo quería venirme a Europa y de todos los destinos el que me parecía más interesante era Málaga. Es una ciudad bien conectada y con playa», asegura el mexicano Alan Roldán, de 23 años.

El estudiante de Comunicación Audiovisual ve en el tráfico y en la gastronomía las principales diferencias con su país. «Aquí los vehículos se paran si alguien cruza la carretera, en México la preferencia la tienen los coches», asegura al tiempo que se queja de a excesiva cantidad de pan y jamón que se vende en la ciudad. «Las diferencias de mi país con España son muchas. La gente camina y usa más el transporte público aquí. Todo es más compacto y organizado», sentencia. Vivir «de lleno» la vida andaluza también era uno de los objetivos de Marino Meloni. «Lo que más me gusta de Málaga son sus calles del Centro Histórico. Aquí la gente entiende para salir de fiesta, siempre cambian de bar y se caracterizan por su alegría», asegura alabando los precios de la ciudad. Aunque el futuro juntaletras italiano confiesa que echa de menos la comida de su país. «Aquí hay muchos restaurantes buenos pero no es como Italia». Javiera Aramijo estudia Logopedia. Actualmente, la chilena de 21 años dice estar0 aprendiendo otras nuevas formas de educación que difieren de su país. Miles de historias contadas desde diferentes culturas pero todas hablan de Málaga.

Miguel Reyes

"Lo que más echaré de menos en Noruega es el sol del Sur"

Hace apenas unas semanas que el joven Miguel Reyes conoció que el próximo curso estudiaría en Noruega. Su deseo, al igual que el de otros muchos estudiantes, siempre había sido realizar el Erasmus, sin embargo, no puede negar que la experiencia le asuste en algunos sentidos. «Mi mayor miedo es no adaptarme al clima y a la cultura y, por supuesto el dinero. Allí todo es muy caro», asegura.

Al tiempo que prepara la maleta para el próximo mes de agosto, el joven estudiante de Comunicación Audiovisual piensa en lo que más echará de menos. «Echaré de menos a mi familia, a mis amigos y sobre todo, el sol de aquí», confiesa.

Un libro, su portátil y mucho abrigo serán sus imprescindibles en el equipaje. Convencido de que esta experiencia le servirá para madurar y «poder resolverse las cosas por sí mismo», el joven se embarcará en una aventura en la que están inmersos miles de estudiantes malagueños en la actualidad. «Podré mejorar mi inglés y vivir nuevas experiencias», dice ilusionado.

Aún le quedan varios meses para prepararse. Los papeles, el idioma y las clases de inglés, la búsqueda de piso y miles de planes esperan al joven que no puede esperar para conocer cómo se imparte su carrera en su nueva ciudad. «Sé que las asignaturas son mucho más prácticas que aquí», dice. No tendrá a nadie cerca pero está deseando comenzar esta nueva aventura. Una experiencia vital de la que conoce miles de experiencias y que espera vivir con todas sus consecuencias. Mientras, Internet será su mayor aliado para conocer su nuevo país.

Filipa Murta (Portugal)

"Málaga me gusta porque es una ciudad cultural e histórica"

Aunque en la Universidad de Faro (Portugal), Filipa Murta estudiaba Comunicación Audiovisual, el cambio de sistema educativo le ha llevado a estudiar Periodismo en Málaga. «Tenía claro que quería hacer el programa de movilidad y en el listado vi que estaba Málaga, Turquía e Italia», comenta. Descartó Turquía y en Italia muchas de sus asignaturas habían desaparecido. «Me informé en Internet sobre la ciudad y me gustó mucho su carácter». Así, el 7 de febrero la joven portuguesa de 19 años aterrizó en Málaga. «Me gusta mucho cuando estoy llegando a la Plaza de La Merced», insiste aunque confiesa que le gustaría que la playa estuviera mucho más cerca. La gastronomía es otro de sus aspectos preferidos de la ciudad aunque aún tiene retos pendientes como probar los boquerones.

Alan Roldán (México)

"Es la primera vez que vivo solo y está chido"

Alán Roldán quería viajar a Europa y aunque tenía varias opciones finalmente se decantó por Málaga. «La ciudad estaba muy bien conectada y tenía playa», asegura. Ahora, tras unos meses viviendo la ciudad puede destacar su buen clima y la belleza de sus calles y monumentos. «Es la primera vez que vivo solo y está chido. He aprendido a cuidarme por mí mismo y tengo libertad», asegura. Entre las principales diferencias con su país, el joven mexicano destaca la forma en la que circulan los coches. «Aquí los vehículos se paran si alguien cruza la carretera pero en México son los coches los que tienen preferencia». El horario y el tiempo de ocio es otro de los principales atractivos de la ciudad, según Roldán.

Javiera Aramijo (Chile)

"La ciudad me está aportando otra visión de la educación"

«Según las publicaciones, Málaga es la ciudad que recibe más alumnos de intercambio de España.Las noticias mostraban que era el lugar ideal para pasar una experiencia increíble», asevera la chilena Javiera Aramijo. La estudiante de Logopedia destaca la cultura, la conectividad y la accesibilidad de la ciudad con otros países y ciudades. «Lo que más me gusta de Málaga es su Centro Histórico, la arquitectura tan bien cuidada y la limpieza que tienen sus calles», dice. Asimismo, la futura logopeda destaca especialmente los churros dentro de la gastronomía malagueña. «Lo que menos me gustan son sus cambios de temperatura», dice. Además, gracias a su experiencia en el extranjero, Javiera Aramijo está descubriendo otra forma diferente de impartir clases y de enseñar conocimientos.Marino Meloni (Italia)

"En Italia las cosas son mucho más caras que aquí"

Marino Meloni quería vivir la luz y la cultura de Andalucía y para ello no hay mejor lugar que Málaga. Aunque echa de menos la conocida cocina italiana, el estudiante de Periodismo de 21 años destaca la alegría de los malagueños. «Ellos saben salir de fiesta y cambiar de bar». Otro de los principales atractivos de Málaga, según Meloni son sus precios. «En Italia no podrías hacer ni la mitad de cosas con el dinero que gastas aquí», asegura. Además, el sol y la playa y los rincones del Centro Histórico se han convertido en las mejores de estudiar en Málaga para el italiano. «Vivir de lleno la vida andaluza» era uno de sus principales propósitos y lo está logrando a pesar de que en su memoria están muy presentes su familia y su perro.