La disputa interna que mantienen desde hace meses varias áreas del Ayuntamiento de Málaga a propósito de la mayor o menor tolencia con la instalación de terrzas de hostelería en las calles del Centro se ha cobrado su primera victima política. La junta de gobierno cesó ayer de manera fulminante a Ester MolinaEster Molina, directora general de Promoción Empresarial y de Empleo y la figura municipal que daba la cara delante del gremio de los hosteleros.

El cese de Molina es consecuencia directa de la guerra interna que mantienen varias áreas municipales, especialmente la de Comercio y la de Urbanismo sobre cómo intervenir en el control de la instalación de mesas y sillas en la zona del Centro. Una guerra que ha imposibilitado hasta ahora que la nueva ordenanza reguladora de estas terrazas, vea la luz tras mas de tres años de tramitación. Frente a una mayor tolerancia a la instalación y ocupación de terrazas por parte del área de Comercio, la de Urbanismo exige un mayor control para no convertir el Centro en un «parque temático» de la hostelería.

Todo ello ha llevado a que existan dudas razonables sobre la eficacia de las medidas municipales a la hora de controlar la instalación de mesas y sillas en el Centro.

El último episodio de esta guerra ha sido clarificador y retrata al Ayuntamiento: durante los últimos meses los bares abiertos en las calles Santa María, Cister, Duque de la Victoria y Molina Lario han permanecido con sus terrazas abiertas a pesar de carecer de la necesaria autorización municipal para ello.

Este cúmulo de despropósitos es el que ha llevado al cese de Ester MolinaEster Molina. El equipo de gobierno no ha esgrimido oficialmente ningún motivo, pero, al anunciar el concurso para cubrir su puesto, señala que el objetivo de la convocatoria es «adaptar la actividad del área municipal a nuevos retos que demandan otro perfil profesional al frente de este órgano directivo».

Otras fuentes municipales del área de la cesada señalaron la actividad de Molina venía generando «descontento» en sus superiores que a su vez argüían un «bajo rendimiento».

Por contra, la propia Ester Molina, en conversación con La Opinión de Málaga, señaló que no esperaba el cese, «aunque si algún traslado o cambio y que éste no se debe a «una causa única», como puede ser la de la instalación de terrazas, «sino a diversos factores».

Molina, abogada de profesión, entró en el Ayuntamiento en 2011, para ocupar precisamente ese puesto de directora General de Promoción Empresarial y del Empleo. Posteriormente, en febrero de 2012 fue nombrada concejala de Promoción Empresarial y Empleo, para volver a su puesto de directora en mayo de 2013. También es secretaria de Relaciones Institucionales del PP de Málaga.

Junto a su cese la junta de gobierno aprobó poner en marcha un concurso público para la provisión de dicho puesto. Las bases establecen que el nuevo titular ha de ser funcionario (del grupo A1), tendrá una retribución de 65.000 euros brutos anuales y se nombrará por libre designación entre los candidatos que cumplan los requisitos.