­El proyecto Málaga Pass, el pasaporte turístico que permite a los visitantes acceder a los atractivos culturales y de ocio de la capital malagueña, está siendo reformulado por Promálaga y se ha apostado por darle un enfoque aún más virtual y tecnológico, después de que la empresa Neoturismo, encargada de la gestión, tenga problemas.

Así se explicó en el consejo de Promálaga, que se reunió ayer para la aprobación de sus cuentas, y donde, además, se dio cuenta a los consejeros de que la empresa concesionaria de Málaga Pass «tiene problemas, por lo que la concesión y, por tanto, la explotación de la tarjeta está ahora mismo parada». Por ello, se está «reformulando» el proyecto para tener un producto más tecnológico, basado sobre todo en sistemas de información, con lo que «permite un control absoluto sobre el mismo».