El concejal de Sostenibilidad Medioambiental, Raúl Jiménez, ha abordado con expertos de la Universidad de Málaga (UMA) y representantes vecinales las actuaciones que se van a desarrollar para la mejora de la Laguna de La Barrera, destinadas a aumentar el volumen de agua almacenada e incrementar su vegetación.

El Servicio de Parques y Jardines ha comenzado en marzo su intervención en el enriquecimiento de la flora de la laguna y su entorno con un presupuesto total de 83.200 euros. Para ello, se están desarrollando trabajos de mejora de la calidad del terreno, con el fin de subsanar la gran cantidad de arcilla que lo componen. Esto se logrará mediante la aportación de tierra vegetal mejorada, que le dará la textura y consistencia adecuadas para la plantación de arbolado, sin riesgo de que se produzca su asfixia radicular. Dicha actuación se ejecuta con un coste de 17.800 euros, que se completará con otra inversión de 13.000 euros, para mejorar el sistema de drenaje del suelo con la colocación de conducciones de tuberías destinadas a facilitar el desalojo del agua acumulada por las plantaciones.

En lo que se refiere a los aspectos vegetales, el Consistorio ha optado por la plantación de olivos siguiendo la actual configuración del parque, así como de cipreses, ubicados estratégicamente junto a los taludes con el fin de minimizar su impacto visual y ante la imposibilidad mejorar su inclinación. En las zonas bajas y con poca sombra, el proyecto contempla la plantación de populus alba a lo largo de los caminos en las zonas frescas del parque. Estas plantaciones se desarrollarán con un presupuesto de 34.000 euros.

Jiménez expuso en la segunda reunión que mantuvo sobre este asunto con el catedrático de Ecología de la UMA Juan Lucena los resultados del estudio elaborado por Emasa sobre la situación de los arroyos próximos a la Laguna de la Barrera y las posibles acciones a desarrollar.

En este sentido, tras la actuación realizada por Parques y Jardines retirando vegetación en la zona, se ha descartado la existencia de conexiones entre la laguna y los arroyos Atabalero y Lillo, que en un principio se pensaba que podían estar cegadas por la maleza.