El problema por la plaga de mosquitos que padecen los ciudadanos de Guadalmar, Parque Litoral y Sacaba Beach, especialmente, llegó ayer al pleno. Tomó la palabra Noelia Millán, de la asociación de padres y madres de alumnos del colegio Pío Baroja para explicar: «solicitamos de ustedes medidas eficaces que acaben con la plaga. Tenemos un auténtico problema de salud pública con mas de 1.200 niños afectados». Luis Muñoz, en nombre de varias asociaciones de vecinos de la zona fue aun más transparente: «No nos utilicen como armas en sus guerras, solo queremos que nos ayuden»; «siéntense, hablen y actúen en conjunto para acabar con el problema».

No hubo más. La desconexión de los representantes políticos con el mundo real del día a día de los ciudadanos quedó poco después muy bien escenificado en el pleno del Ayuntamiento. Mientras estos dos ciudadanos ­fueron hasta el Ayuntamiento a llevarles los problemas reales de la calle, la respuesta del pleno del Ayuntamiento fue ignorarles y escenificar la división, plasmada en una discusión, en la que han prevalecido los reproches de PP y Ciudadanos contra el PSOE y viceversa sobre quien tiene las competencias -si la Junta o el Ayuntamiento- para eliminar el problema de la plaga.

La división se plasmó en la presentación de dos mociones, una firmada por Ciudadanos y PP y otra por el PSOE, en las que se aireaba la necesidad de la «colaboración y ayuda» de Junta y Ayuntamiento. Sin embargo, a la hora de la verdad, cada bloque votó la suya y vetó a la del contrario. Como resultado, salió adelante la moción presentada por PP y Ciudadanos y se rechazó la del PSOE. En la del PSOE fue decisiva la posición del alcalde, ya que tras obtener quince cotos a favor y quince en contra, fue el voto de calidad del alcalde el que inclino la votación hacia la no aprobación.

Cruce de reproches

La moción aprobada insta a la Junta a aumentar, con el Ayuntamiento, las labores de control de la plaga de mosquitos en el paraje de la desembocadura del Guadalhorce. La del PSOE, además de exigir un «seguimiento más exhaustivo» de la plaga por parte del Ayuntamiento, pedía a la Junta «intensificar los trabajos de coordinación con el Ayuntamiento en el paraje de la desembocadura».

La moción aprobada lleva implícito la aplicación de un plan de actuación, que el concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, valoró en 80.000 euros «de los que el Ayuntamiento note pone 40.000 euros si la Junta pone los otros 40.000».

En la discusión, y haciendo oídos sordos a las palabras de los vecinos, el pleno volvió a evidenciar el enfrentamiento entre PP y PSOE a cuenta de qué administración tiene la competencia para acabar con los insectos.

«El Ayuntamiento está actuando; la Junta no ha hecho nada, ni desbroza, ni trata la plaga», disparó el concejal de Medio Ambiente Raúl Jiménez, añadiendo que el Gobierno autonómico «lo único que ha hecho es hacerse fotografías. Nosotros hacemos propuestas, medidas, y esto es trabajar y solucionar y no hacerse fotos en el Guadalhorce».

El cruce de la concejal socialista, Begoña Medina fue inmediato «Ustedes no están por resolver problema, ustedes no actúan y se centran en una lado porque quieren confrontación». «Los vecinos no quieren confrontación quieren soluciones, así que piensen en sus vecinos y no en clave política». «La Junta ya ha dicho que va a colabora, así que, señores Jiménez, póngase a trabajar».

En medio, el portavoz de Ciudadanos, Juan Cassá señaló que «a los vecinos no les importa de quién es la competencia», e incidió en que «lo que queremos es traer una moción constructiva, propositiva y tratar, entre las dos administraciones, de dar solución a un problema grave».