¿Se puede ser feliz en el trabajo? ¿Es cierto que una empresa afectiva es más efectiva? ¿Qué valor tienen las personas en las organizaciones empresariales? Todas estas cuestiones fueron abordadas en el Foro ´Dirección de Personas. Empresa afectiva, empresa efectiva´ que organizó el Grupo Peñarroya con motivo de la celebración de su cincuenta aniversario y al que asistieron más de 120 personas del ámbito empresarial malagueño, regional y nacional con especial relevancia en los recursos humanos.

La presidenta del Grupo Peñarroya, Pepa Peñarroya Espíldora, presentó el II Foro que celebra su empresa y en el que participaron la directora de Esesa, Belén Jurado; María Jesús Álava, presidenta de Apertia y directora del Centro de Psicología Álava Reyes; Pedro García Aguado, exjugador español de waterpolo y presentador de programas de coaching en televisión; y Remedios Miralles, directora corporativa de Recursos Humanos del Grupo Peñarroya.

María Jesús Álava ofreció a todos los asistentes varias claves para gestionar mejor el principal activo que tienen las empresas, sus trabajadores. Explicó que aplicando ciertas herramientas «la productividad de una empresa con trabajadores felices puede aumentar una media del 31% y su mejora en la salud puede alcanzar hasta un 21%». La psicóloga advirtió durante su ponencia que «la felicidad es la que provoca el éxito, y no al revés» y que la «clave está en una buena combinación entre la gestión de las operaciones -eficiencia operativa- y la gestión de las personas-felicidad profesional». Estas conclusiones se desprenden de la investigación que realizan desde su centro de psicología en Madrid, donde aplican la herramienta del «capital emocional», que analiza cómo las palancas personales y organizativas inciden en la productividad.

Recomendaciones

Álava expuso varias recomendaciones que debe seguir una organización para alcanzar la meta de ser una empresa efectiva a través de la gestión del capital humano.

Entre estas pautas está la actitud (ser felices no depende de las circunstancias, depende de cada uno); comunicación (comunicar bien los temas importantes); ser asertivos, pero no agresivos; ante la adversidad, capacidad de reacción e inteligencia emocional; cuando se analice un hecho, recordar que hombres y mujeres son diferentes; ser creativos y cuando todo parezca perdido, usar la imaginación; potenciar el sentido del humor; aprender de experiencias difíciles y controlar el estrés y dejar de sufrir inútilmente o asumir las consecuencias.

Dirigiéndose a los empresarios que asistían a la sesión, la especialista preguntó «¿por qué a la hora de escoger entre los candidatos no interesa si son felices o no; y nos centramos fundamentalmente en otro tipo de competencias?».

Según Álava, «el impacto que en un equipo tiene una persona alegre, vital, feliz, motivante, es fantástico, ya que generalmente es gente que busca soluciones, creativa y resistente a la frustración. El impacto que esto tiene en la empresa y en la productividad de ésta es enorme». Para la ponente, la seguridad, la baja tasa de absentismo, la eficacia y la eficiencia, además de la productividad, están directamente relacionadas con el nivel de felicidad de los trabajadores. «Cuando en una empresa los empleados trabajan bajo presión, puede que la productividad suba a corto plazo, sin embargo, a medio y largo, es una medida contraproducente, ya que hace que haya fuga del talento y provoca un alto índice de absentismo».

Por su parte, Pedro García Aguado centró su ponencia en la importancia de la superación y la motivación en el trabajo para alcanzar objetivos y puso como ejemplo su propia experiencia. Aguado explicó la necesidad de cambiar y adaptarse a los distintos desafíos que tenemos que afrontar a lo largo de la vida y realizó un viaje por su «aparentemente exitosa vida» como atleta olímpico para poner en valor que «el fracaso enseña lo que el éxito oculta» y que «el éxito y el fracaso son dos grandes impostores».

Las jornadas terminaron con una mesa redonda moderada por el director de La Opinión de Málaga, Juande Mellado, y en la que participaron además de Álava y Aguado, Remedios Miralles, que destacó las ventajas para el Grupo Peñarroya al aplicar unas innovadoras políticas de dirección de personas que le han permitido ser la única empresa malagueña y andaluza elegida como una de las 25 entidades EFR más comprometidas e influyentes en conciliación.