Las procesiones del Martes Santo se vieron alteradas por un accidente justo en la salida del recorrido oficial, hiriendo a un niño que estaba viendo las procesiones y que finalmente fue llevado a Urgencias por una patrulla de la Policía Local.

El origen del incidente, según ha confirmado la Policía Local, parece que estuvo ocasionado por los restos de una petalada y la cera. De hecho, inicialmente se pensó que podría haber sido por el líquido anticera que se vierte en el suelo antes del paso de las procesiones, sin embargo fuentes de la empresa suministradora aclararon que no se aplica este producto en procesionescon alguna sección a caballo.

El equino perdió el equilibro en dos ocasiones. En la primera se pudo recomponer, pero resbaló de forma casi inmediata por segunda vez, terminando en el suelo e impactando en los pies de un niño de 14 años que estaba viendo las procesiones con su familia. Debido al golpe, bastante importante en los pies, el menor fue trasladado a Urgencias para determinar el alcance de la contusión, aunque parece que no era de gravedad y sólo era una torcedura.