«Hasta que la puerta de la azotea no se abrió se vivió una situación muy delicada», asegura uno de los bomberos que trabajó en el incendio de Ciudad Jardín en el que murió un hombre de 50 años y su madre fue rescatada in extremis por la ventana. Esa acción dio salida a todo el humo que se acumulaba en el hueco de la escalera y amenazaba con extenderse a lo ancho por el resto de viviendas. La tragedia se quedó en el octavo piso. Poco se puede añadir a las imágenes del rescate de la madre del fallecido, una octogenaria que salvó la vida gracias a dos bomberos que llegaron a tiempo a través de la escala. Acechada por un monstruo de humo a su espalda, esperaba aturdida, angustiada entre quejidos y la advertencia de que se asfixiaba. Los agentes, con la cesta apoyada en la fachada, intentaron introducirla a pulso en el interior de la plataforma, pero su poca movilidad obligó a uno de ellos a entrar por la ventana y ayudarla. Lo consiguieron entre los lamentos de la anciana, que una vez a salvo puso de nuevo en alerta a los bomberos: «Mi hijo está dentro».

«¡Hay alguien dentro!», le gritó Antonio desde la cesta a Rubén, que llevaba una cámara en el casco y se introdujo en la vivienda sin pensarlo. A partir de aquí, la oscuridad. El sonido de su respiración, la radio y el megáfono de sus compañeros le acompañan en un intento por encontrar vida entre los escombros que ya caían del techo por el calor. Abre algunas ventanas, se escuchan los golpes sobre la puerta de la vivienda y los objetos caen al paso de Rubén, que termina asomándose de nuevo a la ventana por la que accedió y comprobar que su compañero subía de nuevo para recogerle. Según fuentes del cuerpo, pocos segundos después se produjo la CSG (Combustión Súbita Generalizada), el fenómeno por el que las altas temperaturas y determinadas condiciones de ventilación y desarrollo del fuego provocan que la zona afectada arda de forma espontánea. «Al pasar de los 500 grados todo arde al mismo tiempo porque el monóxido de carbono se autoinflama», explican antes de reconocer que el agente se jugó la vida al «priorizar el rescate de la víctima».

No fue posible. El hombre se derrumbó justo antes de alcanzar la puerta. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que se trasladó hasta la plaza de Ronda, aseguró que murió asfixiado: «La madre se salva porque va hacia la ventana. El hijo intenta salir por la puerta y el humo acaba con él». El regidor, que se reunió con el hermano del fallecido para interesarse por la situación de la familia y de los vecinos, explicó que la víctima fumaba, «aunque no tenía costumbre de hacerlo en la cama», pero también habló de la posibilidad de que la avanzada edad de la mujer hubiese influido en algún despiste: «No sé si el foco se puede localizar en la cocina. Muchas veces las actuaciones de los bomberos son muy expeditivas y hacen difícil seguir el rastro». Algunas fuentes situaron el origen en un dormitorio.

Veinte vecinos quedaron atrapados en la azotea por el incendio en Ciudad Jardín

Veinte vecinos quedaron atrapados en la azotea por el incendio en Ciudad Jardín

El drama, sin embargo, fue más allá de la vivienda que quedó completamente calcinada. La agresividad de las llamas provocó que el humo buscara una salida natural por el hueco de las escaleras del edificio de 15 plantas. Hasta que la puerta de la azotea no se abrió el humo lo amenazó todo. Varios agentes se encontraron a una mujer afectada por el humo y le ofrecieron el oxígeno durante su evacuación antes de ser trasladada al hospital junto a la otra anciana. Mientras tanto, muchos de los vecinos que se encontraban entre la octava y última planta buscaron refugio en las terrazas y en la azotea. Según fuentes del 112, una persona llamó a emergencias para advertir de que en la cubierta había una veintena de personas atrapadas, aunque finalmente abandonaron el edificio sin que se registraran más afectados entre los vecinos. Sí hubo bajas entre los bomberos. Dos agentes fueron trasladados a Carlos Haya tras sufrir golpes de calor y contusiones. A última hora de este lunes, sólo seguía ingresada la madre del fallecido.