Ana María Vela nació en Puente Genil (Córdoba) un 29 de octubre de 1901. Por sus ojos han pasado dos guerras mundiales y una contienda civil. La pasada semana, la andaluza residente en Barcelona desde la década de los 50 se convirtió en la mujer más longeva de Europa y la cuarta más anciana del mundo tras la muerte a los 117 años de la italiana Emma Morano.

Pese a que nació en la provincia de Córdoba, Ana María Vela se trasladó siendo muy joven a Málaga donde crió a sus cuatro hijos al tiempo que regentaba una tienda de alimentación y comestibles junto a su pareja y padre de sus retoños. Nunca pudieron casarse pese a que vivían juntos ya que la familia de él nunca aceptó a la cordobesa.

Entre jamones, tejidos y vino crecieron Carmelita, que falleció a los 10 años, Antonio (1923-2005), Juan (1930-2016), que residía en Torremolinos, y Ana, quien a sus 90 años la visita todos los día en la residencia de ancianos en la que vive desde el año 2005.

En 1950 Vela emigró a Terrasa, donde pronto comenzó a trabajar como costurera en un sanatorio. Allí se estableció pese a que dejó repartidos por toda la Península Ibérica a sobrinos y nietos. Hoy con 115 años y 170 días, Ana María Vela, la mujer más anciana de Europa, vive tranquila junto a sus compañeros, entre siestas y actividades para combatir el olvido.