Cara despistada. Mochila pesada poniendo en riesgo la estabilidad. Acento extranjero: «Sorry...cómo...dónde se va a calle Larios». El espécimen del turista urbano perdido en algún portal está llegando a las periferias y la escena descrita es cada vez más frecuente en los barrios de Málaga. El fenómeno de los apartamentos turísticos se ha expandido por toda la ciudad. La alta demanda hace que las ofertas en el Centro Histórico no sean suficientes. Seducidos por la rentabilidad, son cada vez más los propietarios que cuentan con una segunda vivienda y deciden apuntarse al fenómeno del alquiler turístico. «Es una fórmula de inversión inmobiliaria y, a día de hoy, existe mucha demanda. El centro de Málaga está saturado y los barrios son una alternativa», señala la secretaria general de la Asociación de Promotores y Constructores (ACP), Violeta Aragón. A día de hoy, no se vislumbra un techo en la demanda. Málaga eleva su atractivo y sus alquileres turísticos en paralelo.