El proceso de salida a Bolsa de Unicaja Banco dio ayer un nuevo paso y está ya sólo a la espera de que la entidad encuentre «el momento más oportuno, en función de las condiciones del mercado» para acometer su salto efectivo al parqué, sin que se sepa aún cuándo se producirá este hecho. La junta general ordinaria de accionistas del banco aprobó por unanimidad, tal y como se preveía, la salida a Bolsa dejando la elección de la fecha exacta y todas las cuestiones relativas al proceso (también la prima de emisión que finalmente se aplique a las nuevas acciones que emita al mercado) en manos del consejo de administración. La junta, en la que estuvo representado el 89,18% del capital social, aprobó también con el 100% de los votos las cuentas anuales y la gestión de 2016.

El consejo de administración, que informó de estos acuerdos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ve autorizada así su propuesta del pasado 24 de marzo de realizar una operación de salida a Bolsa diseñada como una oferta pública de suscripción (OPS) de 625 millones de acciones de nueva emisión dirigida a inversores institucionales nacionales e internacionales. «Esta aprobación es un paso previo y necesario que aporta flexibilidad para formalizar la operación, si bien no implica ninguna decisión ni condicionante sobre el calendario», detalló la entidad. La aprobación estaba más que despejada después de que el pasado viernes la Fundación Bancaria Unicaja, propietaria del 86,7% de las acciones, decidiera respaldar la propuesta del consejo.

Unicaja comunicó en concreto a la CNMV que la junta aprobó entre los puntos del día «solicitar la admisión a negociación oficial en las Bolsas de Valores de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia, así como la inclusión en el Sistema de Intereconexión (SIBE o mercado continuo) de la totalidad de las acciones ordinarias representativas del capital social de la sociedad, así como de aquellas acciones que se emitieran entre la fecha de este acuerdo y la fecha efectiva de admisión a negociación, en su caso».

Las nuevas acciones, que se emitirán con exclusión del derecho de suscripción preferente, tendrán un valor nominal de 1 euro cada una. El aumento de capital tendrá un contravalor que «a día de hoy no se puede determinar», puesto que se fijará a partir del resultado de la prospección de demanda, que determinará la prima de emisión que corresponda sobre el valor nominal», afirmó. La junta también autorizó la posibilidad de ampliar capital en otros 62,5 millones de acciones, con el fin de atender, en su caso, el ejercicio de la opción de suscripción green-shoe si las circunstancias lo requieren.

El presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga, manifestó ante la junta que las decisiones aprobadas «ratifican el compromiso de la entidad con la salida a Bolsa, teniendo siempre en cuenta la oportunidad de los mercados». Azuaga analizó la evolución de la entidad en 2016 y el proceso de adaptación de los esquemas de gobernanza que han permitido «ajustarse a las nuevas exigencias regulatorias y alinearse con las mejores prácticas en el ámbito del gobierno corporativo», manteniendo además «adecuados niveles de solvencia y rentabilidad, basándose en un modelo de negocio sostenible que permite reforzar la base de capital y continuar ofreciendo una retribución a los accionistas a través de un dividendo en efectivo». Ese dividendo ascendió en 2016 a 17 millones, cuyo pago se prevé que se haga el 10 de mayo.

Por su parte, el director general de la Fundación Bancaria Unicaja, Sergio Corral, aseguró a Efe que «el precio (que se consiga en la operación de salida a Bolsa) es muy importante porque ahí va implícita la valoración del banco» y añadió que «un precio bueno redunda en el patrimonio de la Fundación y ayuda a su principal actividad, que es la realización de obras sociales en su ámbito de actuación».

¿Qué queda ahora?

Fuentes financieras explicaron ayer a este periódico que Unicaja seguirá a partir de este momento «motorizando el mercado» y esperando la ventana de oportunidad más aconsejable para salir a Bolsa con la expectativa de obtener un buen precio de salida. Los bancos sindicados que asesoran a Unicaja en este proceso y el asesor independiente Rothschild están continuamente sondeando el mercado de potenciales inversores para determinar esa fecha. El asunto no es baladí, ya que en ese momento Unicaja deberá comunicar formalmente a la CNMV su intención de cotizar (intention to float, ITF en inglés), un instante en el que, para el bien del éxito de la operación, ya no cabe dar marcha atrás. Se abrirá entonces un periodo de un mes que culminará el último día con la colocación de las acciones entre los inversores interesados.

La gran incógnita es al precio que se hará y el consiguiente importe de capital que Unicaja logrará «levantar» con ello (para la entidad, lógicamente, cuanto más alto mejor). «Será el mercado el que lo diga», señalan estas fuentes. En las dos primeras semanas de ese mes inaugurado por la presentación de la ITF, los colocadores de Unicaja visitarán formalmente a los potenciales inversores para presentarles el estado del banco. En las dos semanas siguientes será el propio banco el que los visite para determinar cuánto capital estaría cada uno dispuesto a invertir en la compra de acciones y con qué prima de emisión. Con esa información se elaborará el conocido como book building, donde se recogerán todas las ofertas. A partir del concienzudo estudio de esa lista Unicaja deberá determinar cuál es el precio que pedirá por sus acciones a los inversores (el mismo para todos). Si todo va como se espera todas las acciones se colocarán y al día siguiente, una vez concluido el mes, se produciría la famosa escena del toque de campana en la Bolsa. A partir de entonces las acciones de Unicaja podrían ya venderse libremente en el mercado (también a particulares) como los de una cotizada más.

Perfil y atractivo de la entidad

Las fuentes señala que 2017 presenta muchas mejores condiciones para salir a Bolsa que en 2016 (donde Unicaja renunció a dar el salto) ya que las perspectivas de que los tipos de interés deben comenzar a subir en 2018 y sobre todo en 2019 y 2010 elevan el interés de los inversores por los bancos españoles.

Estas fuentes también resaltaron los atractivos de Unicaja como destino de inversión por sus indicadores de balance relativos a calidad crediticia, liquidez y solvencia y la «prudencia» de su equipo gestor, lo que le evitó en su día sobrexposiciones al ladrillo y que ha permitido también altas tasas de cobertura sobre la morosidad, los adjudicados y los préstamos dudosos, muy por encima de la media del sector.

«Unicaja es un banco doméstico, retail y local, no nacional. En el 82% de las provincias en las que está presente es la primera o segunda entidad y su crecimiento siempre va orientado a mantener ese liderazgo, con una aproximación regional», señalaron.

Para estas fuentes, la mejor situación de balance que ya presenta Banco Ceiss, adquirida hace cuatro años, es otro de los elementos a valorar, ya que sus sinergias representan «otra palanca de crecimiento» de cara al futuro. Eso sí, Unicaja debe devolver este año los 604 millones de euros en ayudas públicas que Ceiss recibió en su momento. Los pagará con parte del dinero que saque en su salida a Bolsa y, de paso, se librará del 10% de intereses que paga anualmente por ellos (60 millones), algo que aumentará aún más la rentabilidad del banco.