Una encuesta del Colegio Oficial de Enfermería de Málaga revela que el 67% de los enfermeros empleados en las clínicas privadas de la provincia admiten trabajar más horas de las contratadas. Estos trabajadores cobran un tercio menos de lo que reciben por el mismo trabajo sus colegas de la sanidad pública.

La institución, en su interés por conocer las condiciones laborales y profesionales de sus colegiados, ha realizado un seguimiento desde principios de año de la situación de los enfermeros que trabajan en la sanidad privada. Los datos, según el presidente del Colegio, Juan Antonio Astorga, revelan que las condiciones son «indignas». «La mayor preocupación de los encuestados es el salario, que declaraban bajo en proporción al número de horas, la disponibilidad y los recursos materiales y personales que se exigen. Además, que las horas extras no eran remuneradas y en ocasiones las condiciones del contrato no se cumplían», afirmó ayer Astorga en rueda de prensa.

Según la opinión general de los enfermeros que han participado en el estudio (un centenar), en la empresa privada parecen primar en la mayoría los ingresos por encima de las necesidades de los profesionales y los propios usuarios. Esta afirmación se realiza en base a la carga de pacientes por cada enfermero, a la casi inexistente formación del personal, a la escasez de recursos materiales y a la gran cantidad de horas de trabajo exigidas, lo que, según la opinión de estos profesionales, pone en «serio riesgo» al paciente. Según confesó Astorga, las condiciones de la privada la convierten en «la casa de los horrores».

Para el presidente de los colegiados enfermeros de la provincia, la situación se agravó con la crisis económica. «Los recursos dedicados son, en general, insuficientes», señaló Astorga, que recordó que la sanidad privada no sólo ha de verse como una «réplica» a la asistencia en la sanidad pública, sino que debe contemplarse como una opción que dé seguridad y, para ello, afirma que debe contar con una plantilla adecuada.

«La crisis ha permitido a estas empresas elegir a los mejores a bajo precio, el low cost está haciendo mucho daño», apuntó Astorga, que señala que los problemas económicos han obligado a una parte de la profesión a emigrar y, a la otra, a trabajar «en precario».

Para el presidente de los enfermeros malagueños, los convenios de la sanidad privada son más desfavorables y aprovechan, en muchas ocasiones, el término «contrato en prácticas», la reducción de los turnos y que no se les reconozca la disponibilidad. El presidente cree que el mayor ejemplo de la inseguridad a la que se enfrenta el personal de la privada es que no asistieran ayer a la presentación del estudio porque no quieran salir del anonimato ante la posibilidad de que la situación en sus empresas se agrave o, lo que es peor, porque puedan llegar a perder sus trabajos. De hecho, al 69% de los encuestados se les exige disponibilidad absoluta, aunque únicamente al 10% se la remuneran. Un 72% se mostró disconforme ante la exigencia de dicha disponibilidad.

Por otro lado, un 59% de las opiniones reflejaban la disconformidad de los trabajadores con las condiciones laborales, alegando el no respeto de las condiciones firmadas en contrato, e incluso la no existencia de contrato.

Del total de colegiados, más de 6.200, un 20% trabaja en clínicas privadas y sus sueldos rondan los 1.300 euros. Muchos de estos trabajadores son jóvenes recién graduados. El Colegio de Enfermería afirma que, en las últimas cinco promociones de Enfermería de la provincia, los que no trabajan en la privada han emigrado y, los que no, están en situación de desempleo.

Juan Antonio Astorga criticó, asimismo, que la reducción de la lista de espera de pacientes de la sanidad pública gracias a los conciertos con las clínicas privadas no repercuta, necesariamente, en que la asistencia sea buena porque el personal que atiende a los pacientes trabaja en precario y soportando una gran carga de enfermos. «A pesar de que las condiciones son peores en la privada que en la pública, se denuncia más en esta última», apuntó. Asimismo, criticó que a la hora de baremar la experiencia profesional, los años de la privada no cuenten en las bolsas de la pública.

A tenor de estos datos, Astorga indicó que el Colegio de Enfermería va a seguir trabajando para que exista una mayor sensibilización profesional y social a estas cuestiones, de manera que seguirá existiendo un contacto con los enfermeros que trabajan en la privada y se les recordará la disponibilidad de la Asesoría Jurídica para atender reclamaciones o denuncias, como hasta ahora.

Dificultades para conciliar

Astorga indicó que tanto la disponibilidad «a teléfono» como el exceso de horas y la naturaleza de los turnos, dificultan la conciliación familiar del profesional, lo que se traduce en una disminución de su calidad de vida y motivación para el trabajo. Esto último empeora con el sentimiento de no ser respetado como profesional enfermero, con la realización de tareas no correspondientes a su profesión y con la amenaza al despido si muestran su disconformidad con dichas condiciones.

Además, los responsables del Colegio tienen previsto reunirse con los directivos de centros privados con los que aún no se ha mantenido contacto, por su parte, y se trasladará el informe a los sindicatos representativos en los diferentes centros «para que mejore la situación laboral y de desarrollo profesional de los enfermeros». Por su parte, el secretario técnico del Colegio, Miguel Pretel, señaló que este informe es el primero de muchos, dada la importancia de los resultados, y por la representatividad del mismo.