El estreno de la película 1898. Los últimos de Filipinas hace unos meses me ha traído a la memoria la primera versión que se rodó sobre la gesta del fuerte de Baler, que figura en la Historia de España en páginas de oro, aunque en los libros de texto actuales no se haga mención alguna.

Si selecciono el tema para uno de los capítulos de estas Memorias es porque parte del rodaje de aquella versión se rodó en Málaga, concretamente en la finca de La Concepción, jardines de La Aurora (hoy Jardines de Picasso) y algunos puntos de la Costa. Málaga ofreció su flora para las escenas de exteriores. Los ficus, las palmeras, los árboles tropicales de los jardines citados, el sol… sirvieron para crear a miles de kilómetros de distancia los paisajes y selvas filipinas.

La película la dirigió Antonio Román, uno de los realizadores más destacados de la época -década de los años 40 y 50 del siglo pasado- y los actores que dieron vida a personajes de la vida real fueron Armando Calvo, José Nieto, Guillermo Marín, Nani Fernández, Fernando Rey… y en un papelito secundario Tony Leblanc, en el papel de cartero.

Es una película muy ligada a Málaga. Fue la primera que descubrió las posibilidades cinematográficas de nuestra ciudad con los jardines de La Concepción y la Aurora a la cabeza, el autor del guión y autor de la canción eje de la trama fue Enrique Llovet (malagueño), uno de los personajes de la trama (Rogelio Vigil de Quiñones) era malagueño -de Marbella- y, como complemento, dos soldados que aguantaron en Baler el acoso filipino eran malagueños, uno de ellos llamado Juan Chamizo.

Yo, que entonces tenía dieciocho años, presencié el rodaje de algunas escenas e incluso intenté actuar como extra o figurante pero fui desechado por no tener «cara de filipino». La película se rodó en 1945 y se estrenó con gran éxito en el cine Goya -ya desaparecido- el 13 de marzo de 1946. Al terminar la proyección, patrocinada por la Vicesecretaría de Educación Popular, el público asistente se pronunció con una larga ovación que se inició cuando el teniente Martín Cerezo (encarnado por Armando Calvo, el defensor del fuerte) abandona el recinto al frente de los treinta y tantos supervivientes, y sobre la imagen aparece la laureada de San Fernando que le fue concedida por su valor.

En la película se incluyó una canción, básica para el desarrollo de la trama, que teóricamente cantaba la protagonista, la actriz Nani Fernández; escribo teóricamente, porque se dijo entonces que la actriz fue doblada por otra cantante.

No lo puedo asegurar pero es lo que leí hace setenta y un años en la revista Primer Plano. La canción «Yo te diré», con letra del malagueño Enrique Llovet, se hizo muy popular y durante años se programó en las radios de la época. El texto de la canción está en las páginas del libro Málaga Cinema, escrito por Juan Antonio Vigar y Francisco Griñán en 2004. Me permito incluirla sin pedirles permiso a los autores del libro, que son amigos y a los que admiro por su trabajo en favor del cine español y Málaga.

La canción dice así: «Yo te diré/por qué mi canción/se siente sin cesar./Me falta tu risa/me faltan tus besos/me falta tu despertar./Yo te diré/por qué mi canción/se siente sin cesar/mi sangre latiendo/mi vida pidiendo/que tu no te alejes más./Cada vez que el viento pasa se lleva una flor/pienso que nunca más volverás mi amor./No me abandones nunca al anochecer/que la luna sale tarde y me puedo perder./Así sabrás/por qué mi canción/te llamas sin cesar./Me falta tu risa/me faltan tus besos/me falta tu despertar». La canción se repite dos veces en la película; la segunda vez porque forma parte de la historia.

Los últimos de Filipinas era una película patriótica, declarada de «interés nacional», premiada y aplaudida en todos los cines en que se proyectó.

Repaso lo que escribí de la película, en el resumen de las estrenadas el año de 1946 en Málaga: «Se estrenó en el cine Goya la mejor película española de la temporada, y tal vez la mejor de las producciones realizadas en España. Antonio Román se enfrentó con un gran tema: el sitio de Baler. La pericia del gran realizador español, la excelente fotografía de Guerner y el acoplado reparto hicieron de esta película una obra excepcional por sus aciertos cinematográficos y por el espíritu patriotico que en toda ella impera. Tanto en el local de estreno, como depués en los de reestreno, fue largamente ovacionada. Las escenas últimas levantaban -así, levantaban- de los asientos a los espectadores mientrar sus ojos se llenaban de lágrimas y sus manos aplaudían frenéticamente».

Mi breve comentario, setenta y dos años después, reconozco que es exagerado, con un marcado matiz patriótico; pero si entre mis lectores hay alguno que estuvo en una de aquellas proyecciones de 1945, seguro que no desmentiría lo que ahora rememoro. En aquellos años los españoles nos expresábamos así cuando se exaltaban nuestras gestas. Hoy…, mejor no comentar la actitud de muchos pobladores que no se enorgullecen de su cuna.

El pasado día 31 de enero, en el espacio Historia de nuestro cine de La 2 se emitió la primera versión de Los últimos de Filipinas, un inesperado regalo para los amantes del cine español.Vigil de Quiñones

El papel del teniente médico Vigil de Quiñones fue encomendado al actor Guillermo Marín. Vigil de Quiñones, era natural de Marbella, y en los años del Frente de Juventudes se eligió su nombre para el Campamento que por la organización se instaló en uno de los pinares de Marbella, donde miles de malagueños afiliados a las Falanges Juveniles de Franco pasaron temporadas de descanso, ocio, formación política y religiosa, cursos de aeromodelismo…, actividades encaminadas a su formación.

Juan Chamizo

En el mes de septiembre de 1899, un año después de aquella gesta, uno de los héroes del fuerte de Baler, Juan Chamizo, regresó a su provincia natal. Era natural de Valle de Abdalajís. En el tercer tomo de las Efemérides Malagueñas, de José Luis Estrada Segalerva, se recoge su llegada a Málaga. «Llegó a Málaga -dice el texto- uno de los héroes de Baler, llamado Juan Chamizo, natural del Valle de Abdalajís. Los jefes de los cuerpos de la guarnición le dieron 500 pesetas; el señor Jiménez Astorga 250, y otras personas, no menos valiosos donativos».

Debo agregar, para valorar la entrega, que en 1899 el sueldo mensual de una familia media ascendía a unas 50 pesetas.

Al volver a ver en La 2 la película, entre los personajes elegidos, figura el citado malagueño con su nombre y apellido: Juan Chamizo. El actor Fernando Rey, que estaba en sus inicios, fue el encargado de representarlo. No sé si en su localidad de nacimiento -Valle de Abdalajís- se le recuerda.

No tuvo igual suerte otro superviviente malagueño que yo conocí en 1943 o 1944; no estoy seguro si fue uno de los supervientes del fuerte de Baler, pero sí que pertenecía a una guarnición española en Filipinas. No sé si le quedó alguna pensión por los años prestados al ejército español y las penalidades sufridas durante su permanencia en aquellas tierras. Pero cuando lo conocí se ganaba la vida arrastrando un carrito tirado con ambas manos para llevar mercancías de un lado a otro de la ciudad. Tenía su parada en el lugar que entonces estaba reservado a carros, carritos y bateas en la calle Prim, junto a los muros del Guadalmedina.

La nueva versión no se ha rodado en nuestra provincia, la que está en cartel no se rodó en Málaga sino en escenarios naturales de las Islas Canarias.