El paracetamol, el omeprazol y el ibuprofeno son los reyes indiscutibles de la botica. Cada año se venden más de cien millones de envases de cajas de estos fármacos en España, que en numerosas ocasiones se toman sin prescripción médica pese a que los profesionales sanitarios advierten de que su consumo debe ser controlado para evitar la automedicación.

Pero además de ser los medicamentos más consumidos en España, parecen serlo del resto de Europa, ya que las farmacias malagueñas llevan años observando cómo los turistas compran varias cajas para llevarlas de vuelta a casa. El motivo: la diferencia de precio.

Además de estos dos medicamentos, los turistas preguntan por los que sirven para tratar la hipertensión y el colesterol, tratamientos caros en países como Alemania, Inglaterra, Francia o EEUU. Pero estos requieren de receta médica, al igual que los antibióticos, por los que eternamente preguntan los extranjeros que llegan a la Costa del Sol.

En la farmacia Caffarena admiten que cuando llegan con recetas de la Comunidad Europea para este medicamento u otros de uso muy vigilado como los psicotropos, se ponen en contacto con el Colegio de Farmacéuticos, que les comprueba si es válida o no para no incurrir de este modo en problemas administrativos. El reflex o el voltarén son otros de los fármacos más demandados por los extranjeros, así como el ventolín. Pero en esta botica admiten que sin receta no pueden llevarse ni una ni varias cajas.

Los llamados comerciales sí pueden venderse sin necesidad de pedir receta. De hecho, el pasado jueves un turista de habla inglesa pidió cinco cajas de unas pastillas para dormir, que se pudo llevar sin ningún problema en esta farmacia de la Alameda.