Jesús Cautivo saldrá de San Pablo el 26 de mayo para su restauración en Sevilla a cargo de Juan Manuel Miñarro. Durante al menos 5 meses estará retirado del culto para que este reconocido imaginero intervenga en la imagen para corregir unos problemas estructurales que presenta desde hace décadas. Para que los hermanos de la cofradía y los innumerables devotos del Señor puedan despedirse de él, la hermandad ha programado un besapié extraordinario y una misa de campaña que se celebrará en la plaza de San Pablo.

"Entendemos que un solo día sin estar en su capilla puede suponer una eternidad para los fieles, de ahí que queramos aprovechar esta despedida para dar la oportunidad al mayor número de personas a tener un encuentro con el Señor antes de marchar de San Pablo", explicó el hermano mayor del Cautivo, Ignacio A. Castillo. Por ello, y según ha informado la corporación a través de una nota, la cofradía ha programado una serie de actos que cuentan con el visto bueno de la autoridad eclesiástica para dignificar esta despedida.

De este modo, el Cautivo será expuesto en solemne besapié extraordinario durante toda la jornada del 26 de mayo, desde las 11.00 horas hasta las 18.30 horas, en horario ininterrumido. Y, del mismo modo, a las 21.00 horas, presidirá en la fachada principal del templo una misa de campaña en la plaza de San Pablo. "Esta ceremonia al aire libre está pensada para no limitar la presencia de hermanos y devotos en el interior de San Pablo, ante una presumible masiva asistencia de personas", informa la hermandad.

Juan Manuel Miñarro, escultor, doctor en Bellas Artes, y profesor de la Universidad de Sevilla, será el encargado de llevar a cabo esta restauración que servirá para corregir unos problemas estructurales históricos en la imagen. Para ello, el restaurador suprimirá unas gruesas barras metálicas que en la actualidad sirven de sustento de la imagen en su peana, y que han venido provocando, prácticamente desde el principio, pequeñas grietas en tibias y tobillos producidas por las vibraciones propias que se registran en cada procesión y las tensiones contrapuestas que ejercen estas barras roscadas en las piernas, y que cada vez son más evidentes y profundas. La restauración se ceñirá al aspecto estructural de la imagen.