El arquitecto José Seguí calificaba ayer de «vergonzoso» y propio de una «cerrazón un tanto cateta que no se corresponde con la imagen de modernidad de Málaga» el rechazo a la propuesta que lideraba junto con el actor Antonio Banderas y la empresa Starlite para la recuperación de la manzana de los viejos cines Astoria y Victoria de la capital.

Seguí es el firmante, junto con Starlite y el actor, de la idea ganadora del concurso que se abrió para desarrollar el proyecto de renovación de la manzana.

Para el arquitecto, resultan «bastante insultantes» los comentarios recibidos a través de las redes sociales y por parte de partidos políticos al proyecto de Banderas al que calificaron de «fraudulento».

«Era un concurso para consultar qué hace el Ayuntamiento con este embolado y es inconcebible que las ideas puedan ser fraudulentas», explicó Seguí en declaraciones a la cadena Cope de radio.

Asimismo, negó que el proyecto no tuviera viabilidad económica. «Es absolutamente falso», aseguró Seguí, que recordó también que el actor malagueño, «además de ir como promotor de la idea, iba de empresario», a medias con la empresa cultural Starlite.

Para José Seguí, resulta «inconcebible» que «pocos días después» de hacerse público el fallo se originara «la polémica y la actitud y agresividad de dos partidos políticos que llevaron a que IU y Podemos pidiesen la suspensión del concurso». Eso, según explico Seguí, fue «la gota que colmó el vaso» y derivó en la retirada del proyecto.

Aunque esta fue la gota, el arquitecto hizo mención a otros episodios que han ayudado a frustrar esta idea, como es el caso de las declaraciones del alcalde, Francisco de la Torre, señalando que se pretendía hacer un concurso arquitectónico basado en la figura de Antonio Banderas. «Creo que esto fue más un acto de deseo que de realidad, puesto que no era posible y supuso un flaco favor porque lo que generó es una confusión respecto a un acto administrativo que nunca tuvo esa intencionalidad, o al menos en las reuniones con los técnicos de Urbanismo jamás se dio esa opinión».

No obstante, el arquitecto abogaba ayer por rebajar la tensión de estos días, «acallar la polémica y desde la tranquilidad preparar un escenario que permita tomar decisiones razonables», si bien también insistió en que no parece posible dar marcha atrás sobre la renuncia al proyecto.

Pese a ello, no descarta que ese proyecto pueda ser realidad en el futuro. «No tengo que ocultar que llevamos juntos Antonio y yo diez años intentando colocar este proyecto en Málaga, y con actos fallido». «Estoy seguro porque los dos somos amigos y ‘jóvenes rockeros’ todavía y estoy seguro de que esta iniciativa de Banderas la realizaremos en Málaga pero ya en un solar privado y con un proyecto cultural independiente y lejos de cualquier otra crítica que no sea la cultural o teatral».