Los rent a car resurgen. Con algún que otro imprevisto, como la tensión reciente por la nueva organización del tráfico del aeropuerto. Pero con unos resultados que, de momento, han servido para abrir brecha con el pasado reciente. Un paso adelante muy a tener en cuenta si se advierten los estragos dejados por la crisis; que ahogó a la mayoría de empresas, tanto por la caída de la demanda como por la entrada en escena de las compañías low cost, la nueva competencia.

Según Ana María García, presidente de Aesva, la asociación que representa al sector en Andalucía, la temporada, especialmente animada en esta época, se presenta con buenas perspectivas para el verano. Al igual que ocurre con el resto de la actividad turística, el balance de la Semana Santa, sumada a los resultados del último ejercicio, ha abierto la puerta al optimismo. Un éxito, en este caso, condicionado según la representante al efecto que pueda causar la nueva zona habilitada para la carga y descarga en la terminal de Málaga, que es el punto clave para el negocio.

Las compañías de rent a car viven en otra época. Con una acumulación de cifras positivas que permite hablar al fin de un punto de inflexión respecto al rumbo enfilado desde hace más de una década. Fue 2014 el curso que marcó el cambio de tendencia, si bien todavía con un discurso tímido, que ha ido ganando firmeza con el paso del tiempo. Si se cumple la previsión de este curso, la provincia completará tres ejercicios consecutivos en números de crecimiento. Una inercia que ha servido para recuperar la solidez y arrojar por la ventanilla los fantasmas del pasado, tan aventurados en este gremio como en el subsector de las agencias de viaje.

En todo este camino de retorno a la rentabilidad, las empresas ponen también el acento en el cambio de actitud de los bancos, que han comenzado a abrir el grifo crediticio, lo que ha permitido que se renueve la flota y se adapte a las nuevas exigencias de los clientes. Para Aesva, este último punto supone un avance vital. Especialmente, si se observa la evolución del mercado, cada vez más dependiente de la diferencia en la calidad de servicio que brindan unas y otras empresas.

Como tantos otros negocios, los rent a car han vivido en los últimos años pendientes de una amenaza interna; la irrupción del alquiler de bajo coste, que reventó los precios a la baja, dejando a muchas firmas sin posibilidad de supervivencia. El fuego parece controlado. Incluso, en su versión más destructora, que era la que mezclaba la tensión competitiva con los demoledores efectos de la crisis. La demanda, por fortuna, se ha recuperado. Y, además, sin ir al bulto, con un interés creciente por los productos de gama media y alta. En este caso, la resurrección no tiene misterio. Y menos en la Costa del Sol, donde todo el negocio se mueve supeditado a los movimientos turísticos y a la entrada de viajeros del aeropuerto.

Las cifras no mienten. La provincia mueve en la actualidad más del 75 por ciento de los coches que se arrendan en Andalucía. Y casi siempre a través de los puntos de recogida y de las oficinas situadas en las cercanías de la terminal, que es donde se ubican mayoritariamente las que funcionan con capital local, fuera del circuito de las multinacionales.

El funcionamiento, en este aspecto, se ha consolidado. De acuerdo con Ana María García, la mayoría de las reservas son efectuadas por los turistas desde sus lugares de origen, ya sea por teléfono o por internet. En los últimos ejercicios, también el rent a car, ha sido uno de los sectores beneficiados por la llegada de nuevos turistas y la caída en desgracia de los países de la competencia, que han provocado un desvío constante de remesas de viajeros hacia puntos como Málaga. El hecho de que la Costa del Sol sea a menudo el punto de partida para las visitas al resto de Andalucía hace que la preocupación por la ubicación en el aeropuerto sea común a las empresas del conjunto de la región. De momento, los números de la temporada cuadran. Con la demanda, además, en ascenso.