Supongo que Lobo estará comiendo y creciendo como todos los niños de su edad; bueno, Lobo, como recordarán lectores de periódicos, televidentes y escuchantes de radio, es un niño al que sus padres, contra el criterio del Registro Civil de su pueblo, decidieron darle el nombre del Canis lupus, nombre científico del mamífero carnívoro, que tanto preocupa, y con razón, a ganaderos de varias provincias españolas porque matan a las ovejas no sé si por necesidad para alimentarse o para distraerse como hacen los aficionados a la caza menor y mayor con sus escopetas y rifles cuando se abre la veda€, e incluso cuando no se abre.

El caso de Lobo no es único porque desde hace ya bastante tiempo se abrió la veda -perdón por la licencia- para poner a los recién nacidos nombres que no están en el santoral cristiano. Esta moda, contra la que no tengo nada, dio lugar a la elección y proliferación de nombres de todos los orígenes y caligrafías. Las guarderías infantiles y los colegios se llenaron de niños y niñas con nombres como Vanessa, Priscilla, Jonhatan, Ainhoa, Kevin (a veces Kevinkostner, todo seguido), Ivan, Eric, Ivanova, Joel, Ingrid, Nadia, Jessica, Jennifer€

Parece que el Registro Civil admite estos nombres, aunque, como en el caso de Lobo, da lugar a opiniones contradictorias y se difunden por los medios de comunicación, que las recogen porque suponen una relajación ante tanto político del «no es no», el pelo rubio platino de Messi, los dirigentes sindicalistas que cuando se conocen los datos del aumento de empleo siempre terminan con la coletilla «empleo precario», de la corrupción, de calor del verano y el frío del invierno, de la escasez de lluvia y las inudaciones, el cambio climático, Bruselas€ A veces el lector se entretiene más leyendo un caso como el de Lobo que del penalti que le hicieron a Ronaldo y el árbitro no pitó.

Asesor

Me ofrezco, sin currículo alguno, como asesor del Registro Civil de Málaga o de Palencia (me da lo mismo el lugar) para resolver situaciones como la que suscitó el citado Lobo. Aunque soy desprendido por naturaleza, esa asesoría la cobraría como todos los asesores que rodean a los alcaldes, presidentes de diputaciones, presidentes de comunidades autónomas y los llamados «fontaneros» de La Moncloa. Si todos esos cobran por asesorar qué especie arbórea es la más indicada para un paseo, preparan un discurso para un acto público, aconsejan cómo debe ir vestido a una recepción y otros asuntos ¿por qué no voy yo a cobrar por decirle al encargado del Registro Civil de la ciudad o pueblo que puede admitir o no la petición de un padre de registrar a su recién con el nombre de Amante, por ejemplo?

El encargado del Registro se negaría a inscribirlo con ese nombre, y no digamos el párroco si el padre o la madre pretendieran que lo bautizara con el citado nombre de Amante. Yo, en mi función de asesor con 76.000 euros anuales de sueldo, informaría a uno y otro que el nombre de Amante es válido, es correcto, que se puede incluso bautizar y confirmar como Amante. Y demostrando mis saberes en el tema, incluso le facilitaría el día de celebración de la onomástica: 4 de noviembre. San Amante fue obispo de Rodez, ciudad del sur de Francia, capital del departamento de Aveyron en el año 440.

¿Me he ganado el sueldo o no?

Con la A

Con la letra A como inicial, a modo de mera información para registradores y párrocos, informo de que se pueden registrar, bautizar y confirmar con todas las garantías de autenticidad niños y niñas con los siguientes nombres, con indicación de la fiesta onomástica y a quien se debe su inclusión en el santoral cristiano: Abundancia, 1 de marzo, mártir, Roma; Africano, 10 de abril, mártir, África, siglo III; Ágape, nombre femenino o masculino, a elegir, porque hay cuatro en la historia; Agente, 11 de enero; Agrícola, con siete opciones, 5 de febrero, 17 de marzo, 20 de octubre, 4 de noviembre, 3 y 16 de diciembre.

¿Y qué cara pondría el encargado de cualquier Registro Civil de España si un señor se presentara con la intención de inscribir su hijo con el nombre de Quadragésimo? Pues es válido: ese santo de tan aritmético nombre fue un subdiácono mártir del siglo VI. Su onomástica, el 26 de octubre.

Aunque parezca un insulto, el encargado del Registro Civil y el cura párroco de la iglesia que le corresponda por su ubicación, un padre o una madre podrá inscribir a su hijo con el nombre de Cojoncio (7 de febrero) y tal vez, uno más retorcido, Recojoncio, que existe pero del que no conozco la fecha onomástica ni sé por qué está en los altares.

También son válidos los nombres de Helado, Monitor, Frontón€ y muchos más.Don José Digno

Hace muchos años un señor fue al Ayuntamiento de Málaga a tramitar un permiso de obras u otra gestión. Preguntó en la primera ventanilla que encontró y le pidió información al funcionario que estaba al frente. La respuesta la encontró. Le dijo que fuera a tal despacho de la primera planta.

Subió a pie, porque los ascensores de la Casa Consistorial que casi siempre estaban fuera de servicio, accedió al despacho que le habían indicado. Expuso el motivo de su visita, y el que lo atendió le dijo poco más o menos: Esos asuntos los lleva Pepredigno.

Se desplazó al despacho contiguo y preguntó por don José Digno. Nadie supo darle razón, hasta que un funcionario se dio cuenta del error: «Usted, con quien quiere hablar, es con Pepredigno, ¿no? Y la reacción fue que no tenía confianza para llamarle Pepe, y que por eso preguntaba por don José Digno. Entonces se enteró que existía un señor llamado Pepredigno.

Menos mal que el protagonista de esta curiosa historia no intentó informarse en la ventanilla de entrega de documentos porque el funcionario que estaba al frente era sordomudo. Y es que en los ayuntamientos se dan casos como el que acabo de citar.

Peligros

La variedad de apellidos da lugar a situaciones pintorescas, divertidas y desagradables. La unión de una pareja, cada uno con su apellido, puede a veces provocar resultados que mueven a la sonrisa y a la broma.

Se dan muchos casos que se suelen recoger en libros y artículos periodísticos. Hay hombres y mujeres que, con independencia del nombre, se apellidan Manzano Verde, Moreno Blanco€ A lo largo de los años he ido guardando casos que muchos de los lectores recordarán, como Chico Bajo, Oro Pulido, Niño Garabato, Loro Raro€ A veces, los padres rizan el rizo y escogen un nombre que ligue con los apellidos, como Ramona Ponte Alegre, Ana Mier de Cilla y Eva Fina Segura, sin olvidar el nombre de un comercio que hubo en Madrid. Lo regentaba, y figuraba en un vistoso letrero, Perfecto Melón.

Cuando estén aburridos y la televisión solo les ofrezca programas con chillonas que se insultan, tertulianos que hablan de los políticos, series aburridas, documentales de animales y otros rollos, les recomiendo que se entretengan leyendo la Guía Telefónica que de forma gratuita les informa de todos esos ligues de nombres y apellidos como los que acabo de reseñar. Bueno, ahora es difícil porque en las guías que edita la Telefónica, hoy Movistar, ya no se incluyen los nombres de los abonados por aquello de la privacidad.

Y si una mujer quiere un nombre cortito y llamar la atención le sugiero dos: el más corto es O, que se decidió en un concilio de Toledo en el año 654; y con dos letras, Ya, una santa persa del año 360. Su fiesta onomástica es el 4 de agosto.

Y antes de pasar a la próxima rúbrica, un caso posible. Supongamos que un matrimonio integrado por un señor apellidado Pi (Pi Margall fue un político, historiador y ensayista) y una joven apellidada Re (hubo un futbolista así apellidado) tiene una hija y decide ponerle el nombre de O. La chica se incorporaría a la sociedad con el nombre y apellidos O Pi Re, nombre que le permitiría, en el caso de dedicarse de la canción como Opire. No tendría que inventarse uno más original y comercial que el suyo. En uno de los multitudinarios conciertos con veinte mil asistentes chillando, gritando y desmayándose, Opire triunfaría de plano.

¡Se acabaron los nombres!

Como ahora uno puede cambiarse de nombre y variar el orden de los apellidos el panorama puede cambiar tanto que un señor que hoy se llama Clodulfo Blanco Espárrago proceda a cambiarse el Clodulfo por Harry, el Blanco por Paredes (el sexto de sus apellidos) y el Espárrago por Canela. Total, que se convertirá legalmente en otra persona.

La solución a medio o largo plazo está en suprimir por Decreto Ley los nombres y apellidos e identificarnos por el número del carné de identidad. El presidente del Gobierno sería 42.561.901 X, el alcalde el 14.987.124 B y así sucesivamente.

Se suprimiría el Registro Civil con despido o jubilación anticipada de los funcionarios, no habría bautizos católicos ni laicos, ni onomásticas; sí se podrían festejar los cumpleaños. Se acabaría con el problema de los que tienen apellidos muy comunes como García, González, Jiménez y López. En España hay miles de personas con ese apellido a veces por duplicado. Si comete un conductor una infracción de tráfico, el agente no le tendría que preguntar por su nombre y apellidos. Con el número del DNI sería suficiente. Los periodistas firmaríamos nuestros artículos y reportajes con el número de nuestro carné. Así de fácil.

Los únicos que lo tendrían difícil serían los locutores de radio y televisión a la hora de retransmitir los partidos de fútbol. S e narrarían poco más o menos así: «24.971.876 B le pasa el balón a 17.823.012 C, que en una perfecta vaselina marca el primer gol sin que 59.001.749 G pueda hacer nada. En este momento, Región de Murcia gana a Pobo Galego por 2-0».