El domingo 30 de mayo de 1817, festividad de San Fernando -como homenaje al rey felón, Fernando VII- Málaga inauguraba el faro que se iba a convertir en uno de los símbolos más populares de la ciudad, aparte de que, unos 30 años más tarde, ya hay constancia escrita de que era conocida por los malagueños como La Farola. En la década siguiente, en 1863, entraría en funcionamiento el otro faro con nombre femenino en España: la Farola del Mar, de Tenerife.

En 2005, La Opinión reunía al pie de este monumentoLa Opinión al historiador del puerto de Málaga, el académico correspondiente de la Historia Francisco Cabrera y a Nuria y Esperanza Chaves, tataranietas del creador de la Farola, Joaquín María Pery, para el que reclamaban un reconocimiento.

Doce años más tarde, la Farola se encuentra en la glorieta dedicada al ingeniero militar coruñés Joaquín María Pery y su 200 cumpleaños ha venido acompañado por la reciente biografía de Pery y la Málaga de su tiempo, con especial protagonismo para su obra más conocida, un libro presentado hace un año por el propio Francisco Cabrera.

Gracias a este trabajo de investigación ha podido averiguar, por ejemplo, que la Farola tuvo un coste muy bajo, 387.301 reales de vellón, que en nuestros días serían unos 3.300.000 euros. La explicación estriba en la mano de obra: la construyeron cuadrillas de presos a los que sólo hubo que pagar la manutención y que fueron dirigidos por albañiles especializados a los que, a ellos sí, se les pagaron sus jornales. En cuanto a la piedra utilizada, se empleó por cercanía la del Monte Gibralfaro.

Joaquín María Pery, que murió en Málaga en 1834, nunca vio los añadidos a su obra: en 1851 se construyó una planta baja alrededor del faro, para que el farero pudiera vivir con más comodidad y en 1915 se le añadió la planta primera.

Coincidiendo con el bicentenario, la Farola contará con una iluminación especial. Además, hoy darán comienzo los actos del 200 aniversario, que se prolongarán durante todo el año, con la presentación, esta tarde, a las 19 horas, en el Instituto de Estudios Portuarios del libro Monumenta Cartographica Malacitana. Portus & Civitas. Se trata de una recopilación de planos antiguos de Málaga que recalcan la unión que siempre existió entre el puerto y la ciudad, en contra de los tópicos de que siempre vivió de espaldas al mar. El libro ha sido realizado por Francisco Cabrera y el también académico correspondiente de la Historia, Manuel Olmedo, fruto de tres décadas de trabajo.

Además, como apoyo a este libro, a continuación se inaugurará en el edificio de la Autoridad Portuaria la exposición Historia, mar y símbolo con planos, mapas y dibujos.

Como adelantó La Opinión, en otoño pasado,La Opinión en un futuro próximo está previsto que la Farola se abra al público para acoger el Museo del Puerto. Para ello, la Autoridad Portuaria ya tiene presupuestado para la segunda mitad de este año o el primer semestre de 2018 el traslado al dique del puerto de todos los instrumentos técnicos de este faro dos veces centenario.