El problema de los procesos internos en los partidos es que da la impresión de que se pudiera estar más pendiente de los asuntos de andar por casa que de los problemas que realmente afectan al ciudadano. Los últimos meses, sin embargo, han sido patrimonializados por la avalancha sucesiva de congresos nacionales, regionales y provinciales en los que se han establecido o ratificado los liderazgos. Además del Palacio de Congresos y algún que otro hotel que ha podido hacer caja, el PP de Málaga ha asumido para sí mismo que es la formación que mejor está saliendo de estas travesías.

Elías Bendodo conquistó su tercera presidencia con un 99,5% de los votos para convertirse así en el líder total. En el PP, al menos en Málaga, no se estila la disidencia. «Siempre hay alguien que puede andar descontento, pero eso no afecta a la imagen de unidad», un modus operandi que resume así una fuente autorizada del partido. O sea, se deja abierta la opción de votar a regañadientes pero no de votar en contra de lo establecido. No será, desde luego, el sufragio de primera vuelta propagado a bombo y platillo por el PP una providencia democrática, pero sí ha demostrado ser altamente operativo y ahora se quiere rentabilizar. «Hay que ir paso a paso», repite Bendodo como un mantra, cada vez que quiere eludir hablar de las papeletas que tiene para suceder a Francisco de la Torre. Y ahora el siguiente objetivo está en finiquitar, cuanto antes, las diferentes asambleas locales que quedan pendientes en los municipios, y con lo que se daría por cerrado la reestructuración del partido desde el congreso nacional celebrado en febrero para aupar a Mariano Rajoy.

Ya hay fechas y el calendario marcado por la dirección del PP establece que estas asambleas se celebren entre la segunda quincena de junio y el mes de julio. Muchos municipios cuentan ya con un día concreto. En este afán de pisar el acelerador, admiten desde el partido, se esconde una de las principales estrategias que se ha marcado el PP para las sucesivas contiendas electorales de 2019: confrontar la unidad en sus filas con lo que se está viviendo en otros partidos, especialmente en el PSOE, que afronta un periodo de incertidumbre en la provincia tras la victoria de Pedro Sánchez en las primarias. En el PP de Málaga quieren que estas asambleas transcurran con normalidad y sin sobresaltos. Por ello, garantizan que en todos los municipios se llegará a las asambleas con una única lista de consenso. Entre las localidades que cuentan con una fecha confirmada, destacan Antequera (22 de junio), Estepona (29 de junio) , Coín (5 de julio) y Alhaurín el Grande (21 de julio). Son plazas en los que la posible conflictividad roza la inexistencia. Caso distinto, por ejemplo, el de Torremolinos, donde se le hará entender a Pedro Fernández Montes a través del famoso método popular de la suma por adición, que su tiempo ha acabado. El timón lo tomará Margarita del Cid que tiene la única misión de recuperar el Ayuntamiento de Torremolinos en 2019. No es poca cosa.

Reunión entre sanchistas

Entre los socialistas malagueños prosiguen las especulaciones sobre el futuro. Muchos afiliados anhelan una renovación en la dirección provincial y rechazan la posibilidad de que Miguel Ángel Heredia siga al frente del partido. Hay mucho movimiento de pasillos. Algunos buscan un subterfugio que podría tener forma de José Luis Ruiz Espejo. Otros, se reúnen para encontrar vías de agua alternativas. Como le pasó este jueves a Jorge Gallardo e Ignacio López. El alcalde de Cártama se desplazó hasta la capital para verse con el portavoz de la plataforma de Pedro Sánchez en la provincia.