La riada de 1907 arrasó el Puente de la Aurora, cuyos restos, arrastrados por la corriente, fueron a detenerse en el del Santo Domingo, taponando sus ojos y creando una presa. De esta manera, las aguas ascendieron violentamente inundando así los barrios del Perchel y la Trinidad. Al final, el puente no pudo contener la avalancha de lodo y restos sólidos, y se vino abajo.

Las ayudas a la ciudad llegaron del mundo entero, incluso del pueblo alemán que aún no había olvidado el comportamiento de la ciudad con sus compatriotas de la Gneisenau. La colonia alemana en Málaga tuvo la iniciativa de emplear los donativos en la construcción de un nuevo puente que sustituyese al del Santo Domingo. La suscripción fue encabezada por el propio Kaiser Guillermo. En seguida se sumaron a ella centros oficiales y particulares.

La sociedad Martos y Compañía se encargaría de construir el puente según el proyecto presentado por el Consulado Alemán, que fue aprobado el 12 de agosto de 1908.

Las obras comenzaron el 31 de agosto de 1909 y después de tres meses y medio, el 16 de diciembre, aniversario de la catástrofe de la Gneisenau, el puente fue entregado a la ciudad.

Este puente, bautizado como su antecesor como Puente de Santo Domingo, es conocido por todos los malagueños como Puente de los Alemanes y de uno de sus arcos cuelga una placa de mármol con la siguiente inscripción: «Alemania donó a Málaga este puente agradecida por el heroico auxilio que la ciudad prestó a los náufragos de la fragata de guerra alemana Gneisenau. MCN-MCNIX».

En el volumen 307, folio 353v de las Actas Capitulares, en su sesión del 17 de diciembre de 1909, aparece el siguiente texto:

Escrito del cónsul alemán presentado a la Corporación Municipal con motivo de la entrega a la ciudad del nuevo Puente de Santo Domingo.

«Al Excmo. Ayuntamiento Constitucional de Málaga. Sr. Presidente. Sr. El Pueblo alemán tenía contraída una deuda de gratitud con los malagueños. Una terrible catástrofe, el naufragio de la fragata Escuela de Guardias Marinas Gneiseanau y el humanitario comportamiento observado por Málaga entera desde que se apercibió del peligro que corrían el buque y los tripulantes de la Nación Amiga, fueron origen de un profundo sentimiento de gratitud por parte del pueblo alemán, con cuya representación me honro.

Una segunda catástrofe no menos terrible y dolorosa que la primera y cuyos desastrosos efectos aún siguen sintiéndose en esta hermosa ciudad, ha brindado ocasión de evidenciaros tales sentimientos.

La Colonia Alemana, que no podía olvidar cómo los hijos de Málaga rivalizaron el infausto día 16 de diciembre de 1900 en solicitud y heroísmo, luchando con interés y abnegación sublimes para el salvamento de sus hermanos los náufragos y que aún tiene presentes el amor y el desinterés con que todos se disputaron el alojamiento de los supervivientes, durante los días que estos que permanecieron entre nosotros, apenas tuvo conocimiento de la formidable inundación del 23 al 24 de septiembre de 1907, que tantas víctimas y destrozos causó en esta provincia, sintió resurgir con más bríos los hermosos sentimientos de la caridad y la gratitud, aprestándose a mitigar con su óbolo tanta desdicha. Y una suscripción iniciada por esta colonia alemana, 24 horas después de ocurrida la inundación, encabezada por S. M. el Emperador Guillermo II con una respetable suma, y secundada por Ministros, Ayuntamientos, Cámara y Comercio y otros centros oficiales y particulares de Alemania, ha producido lo suficiente para costear la pasarela que en nombre de mis representados tengo el honor de ofrecer al pueblo de Málaga por mediación de su digno Alcalde…»

La reconstrucción, 1982-1984

Muchos años después, el mencionado puente donado por los alemanes se encontraba muy deteriorado. Y una vez más, el Gobierno Alemán acudió en ayuda de los malagueños. Veamos el proceso seguido a través de las Actas Capitulares:

En 1982, ante el enorme deterioro en que se encontraba la estructura metálica del Puente de Santo Domingo, el alcalde de Málaga se dirige al cónsul de la R. F. A., quien brindó inmediatamente su apoyo. Una suscripción en la que participó de manera importante la Marina Alemana, conocedora de la historia del puente y la fragata, proporcionó la aportación necesaria para acometer las obras de restauración.

En la sesión de Cabildo del 2 de marzo de 1982, se presentó el expediente de contratación del Puente peatonal de Santo Domingo, que ascendía a 5.000.000 de pesetas, así como el pliego de condiciones.

La restauración del citado puente se iba a realizar mediante la aportación de la República Federal Alemana, la cual había ingresado una parte del importe total de las obras, y tenía pendiente, al día de la fecha, transferir otra. Pese a esto, se aprobó por unanimidad de los 21 miembros de la Corporación asistentes a la sesión, de los 29 que legalmente la integraban, contratar la ejecución del proyecto por concurso público.

Las obras de restauración de la estructura metálica se iniciaron en el mes de marzo de 1983. También se llevaron a cabo diversos trabajos de mejora de los accesos al puente. Estos consistieron especialmente en la sustitución del cordón inferior y la parte baja de las diagonales por perfiles nuevos, realizando la unión a la estructura que se mantenía por tornillos. Se renovaron completamente los aparatos de apoyo, creando un sistema de rodillo engrasados que no permitía un cambio de posición. El conjunto estructural se completó con un pavimento de hormigón.

Tanto en la nueva estructura como en la existente, se procedió a la eliminación del óxido inicialmente formado y a las sucesivas manos de pintura ejecutadas. Esta labor se efectuó por el procedimiento de cepillos de púas de acero. Una vez dejado todo el acero visto, se procedió a la imprimación con pintura antioxidante, de dos manos de pintura de acabado de esmalte, que completaba la protección.

En el otro arco metálico se instaló una segunda placa que -junto a los nombres de: Puente de Santo Domingo y de los Alemanes-, conmemora la gratitud por la nueva ayuda con las siguientes palabras:

«Este puente fue restaurado, con la ayuda de la República Federal Alemana, en el año 1984.

El Ayuntamiento de Málaga deja constancia de su afecto y gratitud al generoso pueblo alemán».

En el Salón de los Espejos del Ayuntamiento tuvo lugar el acto oficial de entrega de la aportación económica alemana, de manos del propio embajador de la R. F. A. El alcalde de la ciudad, Pedro Aparicio, agradeció al embajador, Herr Brunner, al comandante-jefe, al cónsul, Herr Hoffman, y al comandante, jefes y oficiales de la Marina Alemana, presentes en el acto, su visita a Málaga, y expresó la gratitud de la Corporación Municipal y el afecto de la ciudad al pueblo alemán.

El siglo del puente

En el año 2009, el Ayuntamiento convocó un acto institucional para celebrar los cien años del puente. Asistieron miembros del Consulado Alemán, autoridades municipales y el Conde Rudolph Schömburg (mas conocido como el Conde Rudi, en Marbella donde vive y regenta el Hotel Puente Romano) y su mujer la princesa María Luisa de Prusia.

Los días 1 al 3 de octubre de 2016, tuvo lugar el décimo encuentro de la rama Küstner, un encuentro familiar que reúne a parientes de España y Alemania, descendientes de Jorge Küstner, comerciante afincado en Málaga, quien acogió en su casa a treinta de los marineros de la Gneisenau.