Paco Ávila, un malagueño de 43 años y surfista desde hace 30, se fue el pasado domingo a la playa de Roche, en Conil de la Frontera (Cádiz), a pasar el día con su familia. La previsión de olas se había cumplido, pero apenas se había puesto el traje y dado cera a su longboard cuando tres chicos le abordaron para pedirle ayuda. Los jóvenes, que también habían tenido problemas para salir del agua y le eligieron por el gran tamaño y flotabilidad de su tabla, le dijeron que un cuarto tenía problemas para salir del agua. "Al principio no lo veía, pero en un momento de calma vi que se hundía y salía de la superficie. Me asusté mucho porque parecía medio entregado", asegura. Sin hacer caso a los gritos de su mujer, que se quedó en la orilla llorando con sus dos hijas, Paco se lanzó al agua con la tabla y no le fue fácil llegar al joven, ya que este se encontraba más allá del rompiente y en la zona de la playa donde la corriente era más fuerte. Cuando llegó a su altura, su preocupación era que el chico se pusiera nervioso, lo destabilizara de la tabla y terminara arrastrándolo, pero eso no ocurrió. "Yo remaba con un brazo y con el otro le ayudé a subir, pero una vez en la tabla no se movió", añade.

Sin embargo, lo más difícil estaba por llegar. Paco tenía que superar el rompiente de nuevo, esta vez con las olas a favor, pero con un alemán de 20 años y 1,80 metros agotado sobre la tabla: "No sé cuántas veces nos caímos de la tabla y volvimos a subir, pero mi sensación fue que el rescate había durado diez minutos y después me dijeron que estuve en el agua más de cuarenta". En un vídeo que grabó otro bañista, se aprecia los últimos segundos del rescate y cómo la gente le recibe como un héroe en la playa.

El final fue feliz en la playa de Roche, pero en las palabras de Ávila hay mucha indignación y reivindicación, ya que ni durante ese tiempo ni después se presentaron en la playa los servicios de rescate. "Me parece increíble que estos servicios inicien su actividad a partir del 15 de junio", reclama el surfista en una demanda que extiende a la Costa del Sol, donde la temporada de baño va mucho más allá de la horquilla oficial que va desde el 15 de junio al 15 de septiembre. "A mi juicio deberíamos tener operativos los servicios de playas de salvamento y socorrismo desde una semana antes del inicio de la Semana Santa hasta finales del mes de octubre como mínimo", asegura ante de añadir que si la intención de los políticos es ampliar la temporada de sol y playa lo que el tiempo permita, "acompáñenla entonces de una cobertura de salvamento para reducir el número de muertes por ahogamiento en nuestras costas".