El Ayuntamiento de Málaga ha confirmado la "buena evolución" de los 22.000 plantones de árbol que se sembraron la pasada primavera en diferentes zonas forestales de la ciudad, dentro de las actuaciones de reforestación que se están desarrollando. Así, prevé desarrollar el próximo otoño nuevas plantaciones de árboles y otras especies arbustivas propias del Mediterráneo.

Concretamente, dicha actuación supondrá la plantación de 20.000 ejemplares de pino piñonero, pino carrasco, algarrobo, encina, acebuche, almendro, retama, romero y palmito, por lo que en estos dos años se habrán incorporado al suelo forestal de Málaga 42.000 nuevos árboles y arbustos.

La pasada primavera se plantaron 3.500 árboles en El Cañaveral, 9.000 en los montes de Las Virreinas, 7.500 en el parque forestal Ciudad de Málaga y 2.000 en el Monte Victoria. Las especies seleccionadas para esta actuación fueron pino piñonero, algarrobo, encina y acebuche, según ha recordado el Consistorio en un comunicado.

Técnicos del Servicio de Parques y Jardines han constatado el éxito de la plantación, al que el Ayuntamiento ha contribuido mediante la realización de riegos adicionales que han permitido que los árboles hayan agarrado. Estos riegos se mantendrán a lo largo de los próximos meses con el fin de asegurar el crecimiento de los ejemplares.

El concejal del Área de Sostenibilidad, Raúl Jiménez, ha indicado que, además de realizar la plantación directa de árboles, el Ayuntamiento está reforzando la iniciativa con la siembra de un millón de semillas de planta forestal en los parques periurbanos. "El objetivo de estas actuaciones es mejorar la calidad ambiental de la ciudad", ha explicado.

Así, ha recalcado los beneficios que aporta la reforestación a la ciudad, logros como "la creación de una diversidad ecológica y la disminución de los procesos erosivos al reducirse el impacto de la gota de lluvia sobre el suelo".Lucha contra la desertificación y la sequía

Precisamente, este sábado se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, que en su edición de este año centra su atención en los migrantes internacionales. Se calcula que en 2015 había en el mundo 244 millones de migrantes internacionales, obligados en muchos casos a un desplazamiento forzoso debido a la degradación ambiental del entorno en el que vivían.

Después de los océanos, el suelo es el mayor sumidero de carbono disponible, acumulando una cantidad de carbono equivalente a 300 veces las emisiones anuales de gases de efecto invernadero derivadas de la quema de combustibles fósiles. Los cambios de uso del suelo -conversión de bosques y turberas en tierras de cultivo y pastos-, suponen un diez por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero de origen antrópico.

Además de desempeñar un papel crucial en la agricultura, el suelo es determinante en la disponibilidad de agua y de todos los recursos derivados de los animales y de las plantas (madera y productos forestales, alimentos como la leche, las setas, la miel, frutos del bosque y carne de caza y de ganado, principios activos para medicina o cosmética), por lo que es necesario vigilar su evolución sostenible, ha recalcado.