El incesante rescate de inmigrantes en el Mar de Alborán ha terminado por destapar las graves carencias que Málaga tiene para afrontar situaciones como la del jueves, cuando Salvamento Marítimo trajo al puerto de Málaga a 93 inmigrantes que, junto a los interceptados en pateras días antes, colapsaron la Comisaría Provincial de Málaga hasta el punto de que 79 de ellos fueron trasladados al pabellón de Ciudad Jardín. La ausencia de instalaciones como los polémicos Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), clausurado en Málaga en 2012 por su estado ruinoso, obligó a Cruz Roja a montar su dispositivo de albergue del Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE) en la pista del pabellón con camas, ropa, mantas y bebidas, así como atención sanitaria para quien la necesitara mientras la Policía Nacional iba resolviendo los trámites de expulsión de los inmigrantes.

Aunque horas después de conocerse esta medida la situación se había normalizado, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) alertó de la falta de personal policial para atender la llegada de inmigrantes a las costas de Málaga durante los próximos meses y de la falta de espacios «óptimos y suficientes» para albergar a todas estas personas. No obstante, con todo el verano y el otoño por delante, Málaga suma en lo que va de año la llegada de 749 inmigrantes, casi la cifra registrada durante todo el 2016, ejercicio en el que las 774 personas rescatadas destrozaron los registros históricos de la provincia. Los datos, aportados por la Subdelegación del Gobierno a este diario, han dejado muy atrás a los alcanzados en 2006 y 2005 con 551 y 710 inmigrantes interceptados en el mar, respectivamente.

Para la secretaria general del (SUP) de Málaga, María Dolores Valencia, a la presión migratoria que tradicionalmente aumenta durante los meses estivales se une el hecho de que un tercio de la plantilla policial se encuentra disfrutando de sus vacaciones, tal y como ordena la Dirección General de la Policía. «Se estaba intentando suplir esa falta de personal que iba a haber mediante servicios extraordinarios», aseguró Valencia antes de reclamar una compensación económica por realizar los agentes ese trabajo durante su tiempo libre que no están disfrutando. Un servicio extraordinario de un policía son, según el SUP, 80 euros sin quitarle retenciones.