El hombre acusado del asesinato del niño de tres años, hijo de su entonces pareja, al que supuestamente arrojó a una balsa en Los Montes de Málaga y no ayudó para salvarlo, ha asegurado que escuchó al pequeño caer al agua y no le ayudó "por el miedo que tenía ya". "Me daba susto caerme", ha dicho, asegurando que su reacción fue "ir corriendo a coger el móvil para avisar".

Un jurado popular juzga desde este lunes a este hombre, para el que la Fiscalía de Málaga y las acusaciones particulares, en representación de los padres del menor, solicitan 20 años de prisión al acusarlo de un delito de asesinato, mientras que la defensa mantiene que la muerte fue accidental y que se trata de un delito de homicidio imprudente.

Las acusaciones sostienen que el día 9 de febrero de 2015, el hombre fue a recoger al menor a la salida del colegio y, "en cumplimiento del plan que tenía previamente diseñado", lo llevó a un lugar "recóndito y muy raramente transitado", donde había una balsa, a la que "lo arrojó sin miramientos, dejando que se ahogara, sin ofrecerle el menor auxilio".

El hombre, que sólo ha contestado las preguntas de su defensa y del jurado, ha dicho que no se declara culpable de los hechos por los que es acusado y ha explicado que escuchó al niño caerse y que vio cómo "chapoteaba". "Me daba susto caerme", ha respondido a su letrado cuando le ha preguntado por qué no lo ayudó, señalando que el pequeño estaba "un poco dentro" de la balsa. Además, ha señalado que no pensó que se pudiera caer.

Ha indicado que el pequeño era "travieso y estaba mal acostumbrado", apuntando que él fue quien ayudó a la madre para que el niño volviera a vivir con ella y además le hacía regalos. Ha dicho que todo lo que fueran cosas para agradar al menor "allí estaba yo el primero".

Ha dicho que "para nada" tenía celos de la mujer ni el niño le estorbaba, aunque las acusaciones sostienen que en los días previos a los hechos, el acusado "resolvió deshacerse del menor, bien sea por celos, bien por entender que era un estorbo en su relación con la madre", motivo por el que también había contactado con el padre del pequeño, intentando convencerle de que se lo llevase a vivir con él y se lo quedara definitivamente.

Asimismo, ha justificado en el "miedo a lo que me pudiera venir encima" las distintas versiones que dio después de los hechos sobre el paradero del pequeño, diciendo primero que había perdido al niño en un centro comercial de Rincón de la Victoria y luego que había sido en unos acantilados, hasta que finalmente llevó a los agentes de la Guardia Civil hasta la balsa.