«En un barrio normal te pueden pedir una biblioteca o un centro para mayores, pero aquí lo que piden son las necesidades más básicas: limpieza, que llegue el camión de la basura, que pongan una señal para que el camión pueda acceder...», destaca la concejala socialista Estefanía Martín Palop, que la semana pasada visitó las Cuevas del Palo para recordar que, salvo una pequeña reforma en tiempos de la concejala popular Carolina España, «las últimas mejoras en el barrio, obras de saneamiento y asfaltado, se hicieron en tiempos de Pedro Aparicio».

A su lado está Antonio Triguero, portavoz vecinal, que precisa que esas grandes obras en las Cuevas se hicieron «en el año 90».

Como ya informó La Opinión, Antonio Triguero intervino en el pleno del pasado mes de febrero para criticar el abandono en el que a su juicio se encuentra el barrio.

Y si hay una calle que resume ese abandono es la calle Olivar, una vía estrecha, peatonal, con unos accesos en los que poco falta para entrar de lado y que padece, entre otros vecinos, Francisco Cordero, que está en silla de ruedas y solo pide al alcalde una cosa: «Que se suba conmigo a una silla y sepa lo que hay». Francisco cuenta que el año pasado se puso malo «y no pudo entrar la camilla, me tuvieron que sacar con una silla».

Tampoco puede salir de casa cuando llueve, porque el Ayuntamiento hormigonó la calle, salvo una pequeña línea central empedrada, que es la que usan los vecinos si no quieren resbalar. «Esta es la única inversión que hicieron, echarle esta porquería y es una pista de patinaje, hay mucha gente que se ha caído», lamenta Antonio Triguero.

El portavoz vecinal recuerda que ha reclamado al equipo de gobierno mejorar la accesibilidad, pues para entrar a la calle Olivar hay que pasar por un estrecho pasillo y bajar unos peldaños. «Esto está complicado por arriba y por abajo, aparte de por la pendiente y porque es estrecho», resume Francisco Cordero, que tiene que dar un rodeo con la silla de ruedas para salir de su calle.

Buena parte de los problemas se solucionarían, señala la concejala socialista, con la eliminación de una pequeña parcela municipal para así conectar con la calle Uruguay, una de las principales reivindicaciones vecinales. «Si la parcela ya es municipal, no entendemos por qué no se abre ya. Si la inversión es grande, que se abra mientras peatonal y pongan el suelo de arena», propone.

También preocupan los brachichiton que levantan el hormigón, pues por esos huecos salen ratas. Además, las raíces se meten en las tuberías de las casas. «Pedimos que nos los cambien», reclama Antonio Triguero, que cree que la calle Olivar es, ahora mismo, «la peor de Málaga».

Un portavoz del distrito Este informó ayer de que se va a hacer una rampa en la calle «para facilitar la accesibilidad» y hay prevista una visita «en breve» del director de Parques y Jardines «para estudiar posible soluciones, pues los vecinos piden la eliminación de los árboles y eso no se puede hacer a la ligera».