Es una tradición que se remonta muchos siglos atrás con origen pagano. Llegó la larga noche de San Juan y todo el litoral malagueño se llenó de moragas, fiestas y baños en el mar para atraer la buena suerte. Es una fiesta para pequeños y mayores, para las familias, para los grupos de amigos... y en la capital malagueña también de la quema del júa, que este año ha tenido como motivo el calor y la sequía.

La quema del júa tuvo lugar a la medianoche en la playa de la Misericordia, en el paseo marítimo Antonio Banderas, pero la fiesta había comenzado a las 22.30 horas. Tras la quema, llegó el turno del espectáculo piromusical, en la zona de la Térmica, que llenó de luz y color el cielo de la capital gracias a unos 125 kilos de mezcla pirotécnica.

El júa de este año fue un monumento de ocho metros de altura realizado en diversos materiales como madera, gomaespuma o cartón. Cada año, para la Noche de San Juan se elige algún tema que quiere ser eliminado de manera simbólica a través del fuego rememorando ceremonias ancestrales. Así, en años anteriores ha habido alegatos contra la prima de riesgo, la extinción de las especies, la tortura, el tráfico ilícito de armas, las medusas o la crisis económica.

Como otros años, el Ayuntamiento ya recordó en días pasados que estaba prohibido hacer hogueras directamente sobre la playa, para evitar que los asistentes se pudieran herir con elementos como clavos, y también pidió civismo a la hora de celebrar las fiestas y retirar las grandes cantidades de residuos que genera esta fiesta. De hecho, una de las imágenes que deja San Juan es la de las playas repletas de residuos después de toda la noche de fiesta. Para retirar toda esa basura, Limasa dedicará al dispositivo que trabajará en las playas hoy 177 operarios, de los que 135 lo harán como refuerzo de los 42 destinados habitualmente al mantenimiento del litoral.