­Un día antes del chupinazo de San Fermín, en la Málaga de 1927, con un Hotel Príncipe de Asturias, hoy Miramar, que daba sus primeros pasos, nacía Guillermo Jiménez Smerdou.

Sus dos apellidos resumen buena parte de la historia de su ciudad natal: Jiménez, en recuerdo de los empresarios que unieron sus energías a los Lamothe para crear las afamadas bodegas Jiménez y Lamothe, que luego comprarían la Casa Larios; Smerdou, para recordar que Guillermo es sobrino del cónsul de México en Málaga, Porfirio Smerdou, que ha pasado a la historia como el Schindler de la Guerra Civil, pues su casa del Limonar, Villa Maya, sirvió de refugio a malagueños de los dos bandos y consiguió salvar la vida de decenas de ellos.

Hoy, Guillermo Jiménez Smerdou cumple 90 años, nueve décadas en las que ha ido forjando a un malagueño educado, cosmopolita, culto y afable que sigue vinculado al Real Club Mediterráneo y al Periodismo, dos de sus grandes pasiones.

La carrera periodística de Guillermo ha estado especialmente unida a Radio Nacional de España. Con 22 años, en 1949, acudió a la sede de la emisora, que entonces estaba en la Aduana, para ofrecerse como crítico de cine, una novedad en la radio de entonces. Comenzaba así el programa semanal Cine invisible, que luego se haría diario. El carácter emprendedor de Guillermo le llevó a la insólita tarea de retransmitir películas para la radio.

De él salió también el programa semanal Tobogán, de humor en directo, que se mantuvo más de 20 años en antena. Y entre sus muchos cometidos en la profesión, fue también crítico teatral, jefe de informativos y jefe de producción de RNE Málaga, así como corresponsal de los diarios Ideal, Pueblo, Madrid, Ya y La Vanguardia. Con este bagaje, en 1979 recibió el Premio Ondas, «por su contribución a la radio durante toda la vida».

Y como su vocación nunca entendió de fecha de caducidad, de 2009 a 2011 presentó A la vuelta de la esquina, un programa sobre Málaga en la emisora de la Asociación de la Prensa.

Un año más tarde, a raíz de un reportaje en La Opinión sobre su trayectoria profesional, inició una colaboración semanal que se prolonga hasta hoy.

Cada domingo, en su sección Memorias de Málaga, aborda algún tema relacionado con la ciudad o la provincia, en muchas ocasiones, resúmenes de antiguas correrías profesionales en busca de un reportaje interesante o una primicia, ya sea el rodaje en Málaga de la primera película olorosa de la historia del cine, los métodos innovadores del pasado para acabar con las plagas de mosquitos o las ardillas de Jaén que poblaron los Montes de Málaga.

De paso, ha rescatado las palabras más curiosas del vocabulario popular, oficios perdidos y reivindicado a personajes ya fallecidos como Manuel Blasco, Luis Molledo o Francisco Palma Burgos.

Con 90 años recién cumplidos, Guillermo Jiménez Smerdou sigue disfrutando de su buen oficio, y que sea por muchos años. Feliz cumpleaños.