Gran Hermano Revolution, así se llama este año el reality por excelencia de Telecinco. Han sido 500 los aspirantes que, en Málaga han conseguido la pegatina con el número que puede abrirle las puertas al casting que da acceso a la casa más conocida de la televisión.

Los primeros en entrar al casting llevaban haciendo cola desde las diez de la noche de ayer jueves, casi doce horas esperando para lo que algunos es "la ilusión de su vida", como dice Merche Cano, una aspirante que nunca se había presentado al casting por falta de tiempo pero que este año ha querido probar suerte.

Tras la solicitud online, en la que tenían que rellenar sus datos y enviar un vídeo de un minuto presentándose a ellos mismos, los posibles concursantes han sido convocados en el centro de Málaga, concretamente en el hotel Room Mate Larios de la calle Larios. Aunque la fila cortaba el paso de la plaza de la Constitución.

El dinero, la fama, el fanatismo incondicional por Telecinco, pero sobre todo, "vivir una experiencia única" es el objetivo de la mayoría de los que quieren ser grandes hermanos este año. Por ello, no solo los malagueños han acudido a la cita, sino que muchos de ellos vienen desde Granada, Cádiz o Almería. E incluso de Sevilla, donde fue el casting ayer, porque no consiguó meterse en el cupo que logra hacer la entrevista personal. Como Margarita, una sevillana de 19 años que se quedó sin número y ha vuelto hoy para intentar conseguir su "sueño".

"Soy la revolución", es la frase más repetida entre los agolpados en el centro histórico de Málaga esta mañana. Todos tienen una historia, como Sara que tiene 29 años y, aunque es seguidora del programa, nunca se había planteado presentarse. Hasta este año que motivada por dar un cambio a su vida y conseguir llevarse el famoso maletín ha acudido a Málaga esta mañana. "Tengo tres hijos y necesito ganar, es el momento de desconectar y mostrarle a todo el mundo quién soy yo".