La vida no cambia para Warner Rossi, el italiano de 45 años que cada vez que queda en libertad vuelve a la Costa del Sol para hacer lo que mejor sabe. Reventar cajeros con sustancias explosivas y acceder a espectaculares botines en unos segundos. Su trayectoria le avala, pero también revela cómo su insaciable voracidad es su perdición. Ni siquiera pudo parar de machacar cajeros cuando supo que la Policía Nacional le acechaba. La pasada semana, después de regresar de Holanda, donde se había escondido temporalmente hasta la detención en Ámsterdam de su mano derecha, Rossi volvió a ser detenido en Mijas como el líder de una organización a la que atribuyen seis robos consumados y una tentativa. El balance es un botín de aproximadamente 80.000 euros, daños en las entidades por valor de más de 100.000 y la cuarta vez que es detenido por la misma causa. La última fue 2014, cuando su equipo fue sorprendido con las manos en la masa en una sucursal de Torremolinos. El italiano, que fue arrestado poco después, se había asentado en el barrio de El Palo.

El último ciclo de Rossi comenzó el pasado 30 de enero, muy poco después de una oleada de ataques que finalizó con la desarticulación de otros dos grupos dedicados a volar cajeros. Un ataque en la máquina del centro comercial Mustang de Estepona, la misma máquina que volvería a triturar meses después, puso de nuevo en jaque a la Policía Nacional, cuyos investigadores comprobaron que el tradicional gas acetileno con el que se solían destrozar los cajeros hasta entonces había sido sustituido por pólvora pirotécnica, un producto más potente, dañino y certero a la hora de acceder a los cajetines repletos de billetes. Tras forzar la ranura de los billetes, la banda utilizaba una pala similar a las que se usan en los hornos para introducir el explosivo como su fuera «una pizza», término con el que los investigadores llaman al dispositivo que aparece en la imagen que ilistra esta información. Luego lo detonaban a distancia.

Los agentes tuvieron que esperar a la madrugada del pasado 17 de marzo para obtener una buena pista. Esa noche, unas cámaras de seguridad grabaron íntegramente el ataque a una sucursal de la que se llevaron un gran botín en apenas dos minutos. Esas imágenes permitieron reconocer el modus operandi que los ladrones habían utilizado en el cajero de Estepona a principios de año y otros cinco golpes que se sucedieron desde entonces en el polígono La Azucarera de Antequera, dos en la capital (Pedregalejo y polígono Guadalhorce) y uno frustrado en Mijas.

Operación Trueno contra una banda que reventaba cajeros

Operación Trueno contra una banda que reventaba cajeros

Los investigadores no tardaron en identificar al líder de la organización como un viejo conocido. Otra vez Warner Rossi, una pesadilla policial que a pesar de su currículum se encontraba en libertad y que esta vez se había rodeado de un equipo de colaboradores de origen colombiano y holandés. El pasado seis de mayo, el grupo fue interceptado en Mijas cuando se disponía a actuar, pero los agentes fueron embestidos por el vehículo de alta gama en el que circulaban y huyeron a pie después de abandonar un equipo completo de explosivos en un campo de golf. Sabiéndose perseguido, Rossi abandonó el país a pesar de tenerlo prohibido judicialmente.Buscó refugio en Holanda junto a su lugarteniente mientras otros cuatro integrantes de la banda fueron detenidos en operaciones desarrolladas en mayo en Málaga capital, Fuengirola y Mijas. La colaboración policial neerlandesa permitió detener a este último mientras Rossi, siempre escurridizo, volvió a la Costa del Sol en una «huida hacia delante» que consistía en «atacar todos los cajeros posibles», en palabras de uno de los responsables de la investigación. A mitad de esta semana, el italiano volvió a ser detenido en Mijas y, como a sus compañeros, se le acusa de los presunto delitos de pertenencia a organización criminal, tenencia ilícita de explosivos y robo con fuerza.

Maestro

Aunque la Policía Nacional considera a Rossi como el hombre clave en esta actividad y en su evolución del gas al explosivo sólido, lo cierto es que el uso de la pólvora ya había sido detectado en operaciones anteriores. Esto hace pensar a los investigadores que el italiano no tiene reparos en enseñar sus técnicas a otras organizaciones criminales, cada vez más expeditivas y efectivas. A finales de enero, cuando Rossi ya repartía sus pizzas, la Policía Nacional y la Guardia Civil desarticulaban un potente banda que jugaba a dos bandas. En los registros realizados en Málaga y Madrid, los agentes encontraron cinco bombonas de oxígeno, butano y acetileno y una gran cantidad pólvora que extraían de artefactos pirotécnicos, ya que se localizaron 188 unidades de este tipo. A los cuatro detenidos entonces se les atribuyó doce robos con fuerza en cajeros, siete de los cuales se produjeron en la provincia de Málaga, cuatro en Granada y uno en la capital de España.