El enigma por el porvenir del PSOE de Málaga sumará este sábado un nuevo capítulo. En el Hotel NH, sin temor a madrugar, el partido celebrará otro congresillo para elegir a los 62 delegados que acudirán el fin de semana siguiente a Sevilla. Después de varios sinsabores, Susana Díaz desatará las pasiones y podrá disfrutar de la revalidación de su liderazgo en Andalucía. La actual dirección provincial tiene claro que acudirá al congreso regional con una lista unitaria sin fisuras y encabezada por Miguel Ángel Heredia. Al contrario de lo que pasó de cara al último congreso federal, ya no se quiere aplicar el filtro de susanistas y sanchistas. En la práctica, esto se asemeja mucho a restar importancia a los afiliados críticos con la dirección provincial, y que en su día se arremolinaron alrededor de la candidatura de Pedro Sánchez. «El partido hará una lista que integrará a todos los territorios de Málaga y que apoye a Susana Díaz. El tiempo de los sanchistas y susanistas se acabó», explican fuentes de la dirección provincial que sobre el papel los nombres dan igual si todos defienden el mismo propósito. «Si hay alguien en Málaga que no va con Susana Díaz, que lo diga este sábado», exclaman las mismas fuentes con cierta ironía.

Con este trasfondo, la cita del próximo sábado se prevé tensa. Bulliciosa, incluso. Porque los afiliados críticos no han desaparecido, pero sí ha aminorado la voluntad de integración en la dirección provincial. Ignacio López sigue abanderando a parte del sanchismo y se erige como locutor valido que tratará de llegar a un acuerdo satisfactorio para la parte que representa. El propio López no quiere hablar de porcentajes, aunque fuentes del entorno de los críticos han señalado a este periódico que el objetivo inicial que se habría marcado era el de alcanzar un 30% de representatividad.

La diferencia es que esta vez la dirección provincial no parte con la debilidad de la derrota de Díaz, como sí pasó a la hora de confeccionar las listas para el congreso federal, y eso se nota. «Hay más predisposición de llegar a un acuerdo en las agrupaciones de la que hay en la dirección provincial, donde da la impresión que todavía se gobierna de espalda a parte de la militancia en la provincia», asegura un afiliado crítico para dar buena cuenta de como ha cambiado el escenario. La brega de los críticos tendrá mucho que ver con la capacidad de negociación que tenga López para arrancarle un Francisco Conejo que no parece muy por la labor de entonar una melodía conjunta. Aunque aseguran que no es su intención, entre parte este sector crítico no descartan presentar una lista alternativa si perciben que el posible ninguneo al que se pueden ver sometidos se hace demasiado extenso.

Un termómetro

Más allá de ver cómo queda la lista final de delegados, la importancia del congresillo trasciende a su propio cometido. La semana pasada, en una reunión de sanchistas notables en Antequera, a la que acudió Jorge Gallardo, y que estuvo encabezada por Kiko Toscano, se fijó que los congresillos deberían ejercer como termómetro para ver en qué provincias el sanchismo puede plantear batalla con una mínima esperanza de éxito. «El sanchismo andaluz va a mirar con lupa a los congresillos», asegura una fuente cercana al entorno de Pedro Sánchez. Con Soraya García temerosa de enunciar movimientos que pudieran afectar a su posible candidatura a la secretaría general del PSOE de Málaga antes de que concluya el congreso regional, López se mantiene como posible aspirante a liderar el partido en la provincia. Como miembro de la ejecutiva nacional, cuenta con la presión de que una posible derrota suya también equivaldría a una derrota del propio Pedro Sánchez.