Soberanísima en su magnitud. Sin concesión alguna a la hora de bendecir todas las aguas malagueñas. En una estampa entregada a la fe, la emoción tuvo sitio una semana después de lo establecido. Patrona de los marineros, era imposible que no se congregaran miles de fieles en los barrios de el Perchel y Huelin para asistir a una nueva jornada de pasión popular.

En un mundo entregado a la fe, los relojes marcaron las 11.00 horas cuando Nuestra Señora del Carmen Coronada abrió las puertas de la parroquia para abrirse camino dirección a la Autoridad Portuaria. Grandes y pequeños. Amor al prójimo escrito en las caras de los expectantes, que escuchaban atentos al hilo sonoro de la banda de música de la Paz. Era imposible no imaginar en guardia a los cofrades de la Hermandad de Humildad y Paciencia para portar las andas.

Siguiendo el itinerario, la Virgen del Carmen de los Submarinistas todavía estaba tragada por las aguas de la playa de la Malagueta. Los más pequeños, los niños, cogidos de la mano del padre, contemplaron con el corazón en un puño el rescate.

Acercamiento al fervor popular en el posterior traslado a la parroquia de San Gabriel, donde las estrella de los mares presidió los habituales padrenuestros. De las atronadoras profundidades del mar, cabe recordar, esta imagen sólo abandona el agua el domingo siguiente a la festividad de la Virgen del Carmen. Después de embarcar a las 18.00 horas y producirse el cruce con su homónima perchelera, el guión se trasladó a Huelin. Lecciones de culto a la salida de la iglesia de San Patricio, cuando la estrella de los mares partió para recibir culto en la capilla de la calle Las Naves. Marengos portaron a la imagen sobre su trono de Liébana en un claro canto al mar y su fauna. Luego, llevaron a la imagen por la calle hasta la playa de San Andrés, para que bendiga el litoral.

Como acompañamiento musical reivindicó su sitio la agrupación San Lorenzo Mártir, al principio de la procesión, y la banda de música de Zamarilla. El momento más especial del recorrido, como era de esperar, se produjo a la llegada de la Virgen a la calle Mendoza. Una noche representada por el patrón de un pueblo que ha vivido del mar y que suponen el epílogo de las las XII Fiestas Marineras en honor de la Virgen del Carmen. Que el próximo 16 de julio quede aún muy lejos, no significa que se acabe nada. Los malagueños demostraron que la fe nunca se acaba.

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Desembarco de la Virgen del Carmen de los submarinistas

Desembarco de la Virgen del Carmen de los submarinistas

Desembarco de la Virgen del Carmen de los submarinistas