Rumbo fijo con dirección a La Moncloa. Ciudadanos, después de una primera fase de asentamiento tras su irrupción en el Congreso de los Diputados, ya no esconde su ambición por suceder al PP en el Gobierno. «No hay nada escrito», repite muchas veces el líder de la formación naranja y se basa como fundamento en el fulgurante ascenso que ha experimentado Ciudadanos en los últimos tres años. También fue así en Málaga, donde intervino con un discurso en el Campus Joven que se está celebrando a lo largo del fin de semana en la capital, y que se clausurará en la jornada de hoy. Ante más de 200 jóvenes, dio una buena pincelada de cómo se imagina debe ser el proyecto político para colocar a «España entre los países mejores del mundo», y se postuló como aspirante para destronar a Mariano Rajoy.

Así, desde Málaga, con un concepto básico como marco que no admite discusión, Rivera dibujó los ejes estratégicos sobre los que se asume que pivotaría su acción de gobierno. Hizo, durante su intervención, una reivindicación permanente de la educación como herramienta principal para combatir el paro y las desigualdades. «No podemos conformarnos con ser uno de los países de Europa con la mayor tasa de abandono escolar», dijo para denunciar el sinsentido acumulado de «ocho reformas educativas en 30 años».

En esta lucha para mejorar la educación, Rivera sí se mostró favorable a llegar a un pacto de Estado, pero con la condición de que sea un acuerdo prolongado en el tiempo y que también se le exija una preparación determinada a los propios profesores. «Tenemos que exigirle a los propios profesores y que la suya sea la profesión más importante del país», precisó. Rivera volvió a apelar a la dimensión útil del modelo de contrato único que propone Ciudadanos. Cuando la tasa de paro sigue siendo mareante, la creación de empleo, según insistió, debe ser polo hacia el que se dirija gran parte de su estrategia: «Porque tener unas de las tasas de paro más altas de Europa nos sale muy caro», explicó.

Imprescindible en su camino marcado, «la inserción laboral de los jóvenes talentos que ahora mismo son expulsados del país». En este sentido, defendió una reforma profunda del actual marco laboral, al que tachó de «porquería», y denunció que a la hora de oponerse introducir cambios «los sindicatos y la patronal van de la mano».

«No puede ser que en una misma empresa convivan trabajadores con derechos adquiridos y jóvenes que hacen el mismo trabajo o mejor, no tengan derechos algunos», resaltó.

Corrupción

También quiso enfatizar que Ciudadanos se presenta de cara al futuro como una formación libre de cargas y mochilas. Especialmente, en temas de corrupción, dudando de que «los viejos partidos puedan garantizar unas instituciones sanas». «No le podemos pedir a Mariano Rajoy que combata la corrupción porque no lo ha hecho en 40 años, y porque no cree en ello», reseñó, antes de aludir en expansiva al caso de los ERE en Andalucía y del 3% en Cataluña. «A día de hoy, los ciudadanos no confían en las instituciones», advirtió que esta desconfianza sólo sirve para «alimentar a los populismos».

En plena alborada independentista, con la convocatoria del referéndum unilateral tocando ya a la puerta, Rivera defendió firmeza serena frente a los promotores del mismo, y defendió «que se les haga pagar de su bolsillo si creen que pueden gastarse dinero público para algo que es ilegal».