Los jóvenes lo tienen más difícil en Málaga. A las dificultades que ya de por sí tienen que hacer frente debido al paro (alcanza al 43% de ellos); el precio de las viviendas (Málaga es una de las provincias con los precios más elevados) y la precariedad de las prácticas como becario, a las jóvenes andaluzas se les suma uno más, ser mujer.

El Observatorio de Emancipación de Andalucía, último informe del Consejo de la Juventud de Andalucía, presentado ayer en Málaga presenta unas cifras preocupantes sobre los menores de 30 años en cuanto a niveles de desempleo, perspectivas de emancipación, oportunidades y brecha de género.

El acceso a la vivienda les supone a los jóvenes malagueños más del 80% de su salario, una cifra muy por encima de la media andaluza, cuyo coste económico para acceder a la vivienda se sitúa en el 60% del salario y, por encima también de la media española, que tiene que dedicar el 70% del total salarial. Es por ello que la cifra de emancipación de los jóvenes andaluces y, especialmente malagueños, es tan baja. Tienen que vivir forzosamente en casa de sus padres. El paro y los bajos salarios no les permiten independizarse.

En este sentido, especialmente crítica es la situación de la mujer joven andaluza ya que, según el estudio, mientras que el esfuerzo salarial que tienen que hacer los jóvenes en Andalucía es de un 55%, el que tienen que hacer las jóvenes andaluzas es hasta diez puntos superior.

Rocío Vázquez, miembro de la comisión permanente del Consejo de la Juventud de Andalucía, asoció a esta realidad la brecha salarial que «se ve acrecentada en Andalucía, mientras que los jóvenes españoles cobran un salario medio de, aproximadamente 100 euros superior al de las mujeres, en Andalucía superan los 130 euros», señaló Vázquez.

Málaga es la provincia con más dificultades para los menores de 30 años que quieren independizarse, ya que vivir con el 20% del salario es, cuanto menos, hacer malabarismo. El salario medio juvenil se sitúa en el más bajo de Andalucía, con 781 euros mensuales. Pero la vivienda de alquiler sí que es la más alta, alcanzando los 635 euros al mes. Será por eso que solo el 7,5% de la población joven de Málaga vive de alquiler. Una cifra que, además, ha retrocedido dos puntos con respecto a 2016. El acceso a la vivienda de los jóvenes de entre 16 y 29 años residentes en la comunidad autónoma de Andalucía apenas alcanza el 18%, el valor más reducido desde 2006. Tan solo 15 de cada 100 malagueños menores de 30 años están emancipados.

Con ese problema se encuentran los que trabajan, cuya cifra tampoco aporta mucha luz sobre la población joven. Solo el 16% de los andaluces del total de la juventud española se enmarca dentro de la población ocupada. De ellos, el 66% son trabajos temporales, lo que hace mucho más complicada la emancipación.

Los niveles de paro entre la población joven de Andalucía continúan siendo abrumadores. El 43% de los jóvenes están desempleados, frente al 31% de la media española. Una diferencia de más de diez puntos que también se nota en los índices de pobreza o exclusión social. Mientras que en Andalucía los jóvenes se enfrentan a un porcentaje del 55%, en España el riesgo de pobreza entre los jóvenes está en un 38,5%.

Datos preocupantes para toda España pero, más aún para los jóvenes andaluces que aún contando con un empleo, concretamente el 36,2%, continúa con ese riesgo. Lo que supone que los jóvenes andaluces con trabajo están igual de cerca de la exclusión social o la pobreza, que la media de los jóvenes españoles.

Por ello, Rocío Vázquez consideró que «estos datos no solo reflejan los datos de empleo o vivienda, sino la situación precaria de estos».

Pero el problema, aunque es especialmente grave para los jóvenes, no es solo de ellos. «Es un error pensar que este problema solo es de la juventud porque, con salarios de 800 euros no se podrán pagar pensiones de 1.400 euros, explicó el vicepresidente del Consejo de la Juventud de España, Víctor Reloba, quien quiso invitar a la reflexión diciendo que «vamos camino de un colapso del sistema del estado de bienestar si no se actúa».

Otro de los problemas a los que se enfrentan los jóvenes es la precariedad de los trabajos como becario. Un tema que, desde el Consejo de la Juventud de España, han querido resaltar recientemente con una campaña que saca a relucir la realidad a la que se enfrentan los becarios y becarias.

«Se está reduciendo la contratación en formación y prácticas porque las empresas abusan de la figura del falso becario, por eso reivindicamos la necesidad de un Estatuto del Trabajador Becario que le proteja», declaro Reloba.