Antonio Cortés explica que, cuando se propuso protestar contra el impuesto municipal de plusvalía, «planifiqué la batalla». Desde hace 10 meses, todos los lunes y jueves este malagueño de 65 años se planta delante de Gestrisam, en Tabacalera, con su pancarta, durante un mínimo de hora y media, mientras que los martes, miércoles y viernes hace lo propio en la entrada del Ayuntamiento.

Vecino de la plaza de Los Cristos, donde vive en la misma casa desde hace 60 años, más de media vida la ha pasado con su madre, que vendía gallinas en la plaza de la Merced.

Antonio, en paro desde hace 10 años, ha sido un activo asistente social que ha prestado sus servicios en todas las administraciones de Málaga, el antiguo Gobierno Civil incluido, además de en la Audiencia Provincial. «Ayudando y siempre reivindicando, porque mientras haya un pobre hay un hombre combatiendo», subraya, al tiempo que detalla que ha sido un gran conocedor de los problemas de los barrios marginales de Málaga, por los que ha salido muchas veces en su defensa.

Nombrado en los 90 ciudadano del año por una emisora de radio local, hace cinco años que perdió a su madre y a los seis meses, «sin que hubiera una carta previa», subraya, el Ayuntamiento le comunicó que debía unos 5.700 euros en concepto de impuesto de plusvalía, más unos 1.500 euros por no haberlo pagado en el plazo, por una segunda casa en la plaza de los Cristos. «Allí vivía mi madre, la compramos hace 25 años con los ahorros de toda la vida», cuenta.

El asistente social explica que, al ser un parado de larga duración, sólo recibe la ayuda de 426 euros y que no puede pagar el impuesto municipal, que sigue aumentando por el impago: «Ya va por 13.000 euros. Al alcalde le he escrito que cómo es posible que sin poseer medios económicos me impongan un impuesto tan elevado y multas que no podré pagar», destaca.

El propio Francisco de la Torre, cuenta, se ha acercado a hablar con él en varias ocasiones, lo que ha propiciado reuniones con Gestrisam que no han llegado a buen puerto, salvo el inicio del pago a plazos. «Ahora mismo estoy pagando 60 euros al mes. ¿Cómo se puede vivir con 350 euros que me quedan?», critica.

Antonio Cortés subraya que esa segunda casa no puede alquilarla, «porque le falta la solería, puertas y ventanas», entre otros elementos y se niega a venderla para saldar la deuda: «No tengo que desprenderme de una casa en la que he invertido todos mis ahorros y en la que ha vivido mi madre. ¿Por qué me tienen que obligar a malvenderla?», se pregunta.

En su protesta, subraya, están incluidos los malagueños sin recursos que se encuentran en la misma situación. Y lo que tiene claro es que seguirá con la protesta: «El poder político quiere desposeer a los que tienen menos dinero, a los más desprotegidos. Es un abuso grandísimo y sin misericordia. Permaneceré aquí un año, dos años... todo el tiempo que haga falta», sentencia.

Respuesta municipal

A comienzos de mes, el gerente de Gestrisam, Juan Manuel Ruiz Galdón, envió una carta a Antonio Cortés en la que lamentaba verlo reivindicar «de manera educada y correcta algo que es imposible: no pagar impuestos como el resto de los malagueños».

El gerente repasa en la carta las gestiones municipales realizadas, entre ellas con el IMV para ponerle en alquiler el piso, así como con la Asociación de Promotores y Constructores, para vender la vivienda y los plazos en el pago. «Debe usted entender que su situación con el Ayuntamiento no cambiará si no es por el pago de la deuda que ha adquirido con la Hacienda Pública», destaca el gerente.