Si en una calle la primera mitad cuenta con una tubería de saneamiento más ancha e instalada, como quien dice, ayer, y la segunda con otra más estrecha y de unos cincuenta años de vida, el problema está servido.

Eso es al menos lo que creen firmente los vecinos de la calle Doctor Manuel Callejón Navas, en las casas mata de La Palmilla, que se sienten defraudados por el distrito municipal.

«El vecino de la esquina creó un problema al hacer obras en su casa y meter sus aguas residuales en las pluviales. Había un mal olor tremendo», recuerda Juan Atencia, vecino de la calle.

Como informa José Óscar López, responsable de la federación vecinal Solidaridad, «a raíz de este problema, el director del distrito, con el que me reuní, me informó de que se iba hacer una obra que duraría dos meses, costaría 22.500 euros y para la que iban a levantar toda la calle. Con esa información, buzoneé cartas para que los vecinos acudieran a una reunión, que se celebró el 4 de julio y en la que les dijo lo mismo: se arreglaría toda la calle. Ahora nos sentimos engañados y apoyamos a los vecinos», resalta.

Por que como explican los vecinos, la mejora alcanza solo la mitad de la vía; la segunda, la más próxima al colegio Gálvez Moll, sigue con la misma tubería estrecha, «que tiene más de 50 años», apunta Juan Atencia.

A su lado está otro vecino, Francisco Campos, que lamenta que «ahora, vamos a tener los atoros en nuestra parte, que es paso de colegio y siempre se forma una laguna con las lluvias». Francisco cree que, a causa del embudo provocado por no cambiar todo el saneamiento, «van a bozar los registros y el agua residual, entrará en la pluvial y vamos a tener aquí la peste».

Antonia Ortega, vecina de la calle, no entiende que «después de llevar 50 años con un tubito, primero nos dicen que nos lo van a cambiar y ahora no lo hacen». Antonia recuerda que el camión de desatoros está en la calle «un día sí y otro no», por eso cree que la solución de dejar a medias la obra va a costar más dinero público. «Al alcalde le costaba más barata la obra si se hubiera hecho lo que nos han prometido», recalca.

Tanto las casa de Antonia Ortega como la de Juan Atencia tienen una pequeña defensa de ladrillo en la puerta para evitar que entre el agua cada vez que llueve fuerte. La obra de la calle, se temen, solo empeorará las cosas.

Fuentes de Urbanismo respondieron ayer que la obra fue explicada por el distrito de La Palma-Palmilla a los vecinos, «antes de acometerla». Proyectada por técnicos de Urbanismo y Emasa, estas fuentes declararon que se trata de «la mejor solución para evitar que cuando llueva entren aguas residuales en diversas casas de la zona».