Tres investigadores de la Universidad de Málaga (UMA) volverán el próximo 6 de agosto al Ártico para estudiar el comportamiento de las algas polares en una expedición de veintiún días en los que se sucederán 24 horas continuas de luz. El catedrático de Ecología de la UMA, Carlos Jiménez, asegura que en esta campaña se realizarán experimentos para comparar la adaptación fotosintética de cinco especies de macroalgas, al igual que en las expediciones de septiembre de 2014, septiembre de 2016 y el pasado marzo. Los investigadores parten de la hipótesis de que la ausencia de oscuridad es un factor determinante de la eficiencia del metabolismo de estas plantas.

Otro de los objetivos es el estudio de la influencia del cambio climático en las macroalgas, ya que el ecosistema está «sufriendo una rápida modificación debido al incremento de la temperatura», según Jiménez. El aumento de la temperatura en el aire y el agua, así como la disminución de la capa de hielo y los glaciares están ocasionando la desaparición de especies como el bacalao ártico, y la invasión de nuevas procedentes de zonas más meridionales como los arenques, dijo. En la expedición llevada a cabo el pasado marzo, el equipo de científicos se adentró en la etapa de transición, de invierno a primavera, cuando se da una progresión de luz muy rápida, pero por ahora la investigación durante el invierno, en los meses de oscuridad total, «no es posible realizarla por limitaciones logísticas». No obstante, para la continuidad de los experimentos la Universidad malagueña cuenta con un laboratorio de cultivo de algas polares único en España, que permite hacer simulaciones climáticas de las condiciones climáticas del polo.