La casualidad ha querido que la Q de calidad turística que luce la playa esté justo donde comienza el despropósito de la playa de las Acacias. Pero no es una cuestión de equipamientos sino del ejército de rocas que, como un campo de minas veraniego, ponen en riesgo los pies y tobillos de los bañistas.

Adolfo García, de la asociación de vecinos de Pedregalejo, se agacha para señalar un pedazo de hormigón rematado por un trozo oxidado de hierro, a dos pasos de la orilla. «Si tropiezas con esto, te tienes que ir a urgencias a ponerte una inyección».

Las Acacias, señala el dirigente vecinal, tiene el doble problema de las rocas que aporta el vecino arroyo Jaboneros, y las que arroja un espigón en descomposición. El resultado es que cada temporal de levante deja convertidas en un roquedal la playa más cercana al arroyo y la cala siguiente. El resultado: a las 11 de la mañana son dos playas semidesérticas, mientras en el resto hay ya una buena provisión de bañistas.

Entre los pocos que se atreven a frecuentar Las Acacias, José González y Mari Carmen Vidal, vecinos de Martiricos, que llevan 20 años. «Esto es una vergüenza en toda la playa, tenían que llevarse las rocas o que echarles tierra encima», dice Mari Carmen, mientras su marido señala que «antes venían muchas personas del barrio y ya no viene nadie». A su lado, María Victoria Molina, otra bañista veterana, pide que, «por lo menos, pongan pasarelas», para evitar accidentes. De la misma opinión es Rafael Ortega, con movilidad reducida, que pide que, si es posible, «la pasarela llegue hasta el agua».

De lesiones sabe mucho Ricardo Belmonte, kiosquero de la playa, porque muchos bañistas acuden al kiosco a quejarse. La última, una mujer de Benalmádena hace unos días y que visitaba la playa por vez primera con su familia. «Había metido el pie entre dos rocas y venía llorando porque se había arañado. Así es todos los días», cuenta.

Junto a Ricardo está Manuel Morales, vecino de Las Acacias, que comenta que, en otras ocasiones, cuando Costas retiró rocas, las depositó detrás del espigón «y el levante las volvió a meter».

Precisamente, la asociación de vecinos de Pedregalejo reclama el arreglo del espigón, destrozado en uno de sus extremos, pero además, recuerda que se trata de un espigón horizontal separado de la orilla originalmente, y hoy, unido a la playa por los aportes del Jaboneros. «A Costas le hemos pedido la posibilidad de dar un corte a la playa, dentro del dique, a ver si el agua entra por detrás y qué movimiento hace», destaca Adolfo García. Como subraya, ahora mismo los temporales arrojan el agua detrás del espigón, a la parte aterrada y forma un gran charco. «Si meten un bocado a la playa, a lo mejor el agua arreglaba todo ese frente».

De paso, reclama a la Demarcación de Costas que mejore el estado de la arena, muy apelmazada en la zona próxima a la pista de voley playa, por el paso de vehículos del Ayuntamiento y camiones.Respuesta de Costas

Ángel González, jefe de la Demarcación de Costas, declaró el pasado viernes a La Opinión que las playas junto a la desembocadura de los ríos y arroyos suelen tener piedras en el fondo y es un asunto «complejo» de solucionar. «Al ser arroyos de aluvión el material de base que aportan es pedregoso y por tanto es probable que la playa cercana, inevitablemente, tenga piedras».

En todo caso, señaló que Costas inspeccionará el espigón dañado, «para ver si se puede incluir el arreglo en las actuaciones del año que viene».

También confirmó que la Demarcación quiere retirar la arena y piedras acumuladas en este espigón al que hace 20 años se llegaba a nado o en bote. «Hemos hablado con el Puerto porque ellos tienen que hacer una aportación de arena en la playa de San Andrés». Ángel González detalló que el Puerto necesitaría unos «30 ó 40.000 metros cúbicos de arena». Pero si finalmente la descartara, «la podríamos utilizar nosotros para actuaciones en otras playas, pero eso, a partir del año que viene», subrayó.