Emasa, la empresa municipal de agua, ha puesto sobre la mesa la necesidad de dotar a Málaga de una red de abastecimiento y de saneamiento moderna y eficaz, así como de depuración de sus aguas que acabe con unas infraestructuras viejas y desbordadas y con los graves problemas a los que se enfrenta la ciudad en casos de lluvia torrenciales e inundaciones.

La empresa ha planificado un paquete de 136 obras perentorias que tienen un coste de 130 millones de euros. Ante la imposibilidad de acudir al dinero de fondos europeos o de otras administraciones, al tratarse de obras hidráulicas de carácter local, ha propuesto la implantación de un canon en el recibo del agua que iría exclusivamente a financiar estas obras. Emasa defiende el canon en vez de financiar los proyectos con impuestos para cumplir «el principio de recuperación de costes». Según Emasa «todos los costes se deben incluir en el precio del agua y se deben repercutir a quien la consume, no debiendo ser financiados con impuestos».

Recoger el agua de tormentas

Los 130.696.441 euros que suman esas 136 actuaciones se reparten en tres grandes bloques: 52.100.000 euros para abastecimiento; 6,2 millones para agua regenerada y 72.346.441 euros para obras de saneamiento.

¿Cuales son las grandes obras que se pretenden financiar? En primer lugar y en cuanto a obras de abastecimiento, la prioridad es la sustitución de las viejas tuberías de fibrocemento (amianto) ya que aún quedan en la red un 40% de esas tuberías (736 kilómetros). Su eliminación es necesaria pues las de fibrocemento están prohibidas desde 2001. La eliminación de estas tuberías por las modernas de fundición dúctil tiene un coste de 29,6 millones de euros.

La segunda gran actuación sería en materia de saneamiento para la renovación de las redes antiguas y en mal estado. Esto supone fundamentalmente la división y separación de las aguas pluviales y la residuales, algo necesario en cualquier ciudad moderna. Málaga sólo tiene separadas estas aguas en una pequeña parte de la ciudad por lo que la renovación se extendería a casi toda la capital. Su coste se cifra en 26 millones de euros.

Hay una tercera actuación prevista, menos costosa que las anteriores, pero tremendamente novedosa ya que solo se conoce que se haya implantado en Barcelona y Alicante. Se trata de la construcción de dos grandes depósitos subterráneos para la acumulación y tratamiento del agua de tormenta y lluvias torrenciales.

Se plantea la construcción de dos depósitos, uno en Pacífico, junto a Tabacalera, y otro en la zona de Repsol. El de Pacífico tendría capacidad para 2.500 metros cúbicos de agua y costaría 2.200.000 euros; el de Repsol, para 5.000 metros cúbicos, supondría un coste de 3.500.000 euros.

Se trata de grandes balsas con una ocupación equivalente a dos campos de futbol que recogería el exceso de lluvia que la red de alcantarillado no puede recoger. Estas aguas, una vez tratadas, podrían ser reutilizadas para el riego de zonas verdes, baldeo de calles y otros usos.

El plan de obras plantea también impulsar la construcción de nuevos colectores, tanto de saneamiento como de fecales, así como nuevos colectores emisarios submarinos.

En el capítulo denominado aguas regeneradas se destinarían 6,2 millones de euros para implantar una red procedente de las depuradoras de El Peón del Cuervo y del Guadalhorce, con una extensión de unos 18 kilómetros que serviría para el futuro despliegue de una red de agua regenerada por distintos puntos de la ciudad.

En la propuesta de Emasa para defender el canon (un euro de media por recibo) se explica que este viene avalado en su legalidad por la Ley de Aguas y que es una modalidad que ya han puesto en marcha algunas capitales andaluzas, como Huelva, Jaen y Cádiz y otros municipios como Algeciras, Chipiona, Puerto de Santa María, Tarifa, Écija, Utrera y en la provincia de Málaga ayuntamientos como Ronda, Vélez Málaga y Mijas.