La Policía Nacional detuvo en Málaga el pasado 25 de julio a un hombre de 50 años y nacionalidad española por un presunto delito de acoso u hostigamiento en el ámbito de la violencia de género ya que, al parecer, acosaba con llamadas y mensajes a su expareja, a la que vigilaba y esperaba en la puerta de su trabajo y cuando salía del gimnasio.

La investigación parte de la denuncia de la mujer del investigado, quien informó de que estaba siendo acosada con numerosas llamadas y mensajes a su teléfono móvil por parte de su expareja para que reiniciaran la relación.

Al parecer, la denunciante y su expareja vivían en el mismo edificio y el hombre contactaba con ella por distintos medios como correo electrónico, mensajería instantánea, cartas manuscritas y flores. Además, la esperaba en la puerta de su trabajo y del gimnasio al que iba para vigilar todos sus movimientos, según ha informado la Policía Nacional.

Los agentes localizaron y detuvieron a la expareja de la denunciante por su presunta responsabilidad en un delito de acoso con ánimo persecutorio, "que generaba una situación de inestabilidad emocional a la víctima alterando gravemente su vida cotidiana". Según se desprende de la investigación, el presunto autor habría realizado todas las acciones con la intención de recuperar la relación.

Las diligencias practicadas han sido remitidas al Juzgado de Violencia Sobre la Mujer número 2 de Málaga que ha dictado una orden que prohibe al hombre aproximarse a la víctima a menos de 500 metros.

El delito de acoso u hostigamiento fue introducido en el Código Penal el pasado mes de junio de 2015, para dar cobertura a conductas insistentes, incluso persecutorias, que se suelen dar entre exparejas.

Según han indicado desde el Cuerpo Nacional de Policía, el no aceptar un no por respuesta e insistir en retomar la relación, sea a través del teléfono o buscando la cercanía física, podría suponer la comisión de una infracción penal, que bien podría venir acompañada de una medida de alejamiento.