Los soldados que en el retiro de Hitler en los Alpes de Baviera (conocido como el Nido del Águila) beben botellas de la bodega personal del caudillo nazi son, en su mayoría, españoles, pese a que van vestidos con uniformes americanos.

«Los americanos se pusieron la medalla pero cuando llegaron, los españoles ya estaban allí», cuenta Antonio González. El escritor malagueño ha dedicado su libro número 12 a contar las increíbles aventuras de La Nueve, la compañía de infantería francesa formada en su mayoría por republicanos españoles en el exilio. Con el título de La Nueve. Sangre Española en la Segunda Guerra Mundial, el libro, publicado por Ediciones del Genal, cuenta las andanzas de unos soldados, muchos de los cuales «salieron de los campos de concentración franceses o, algunos voluntarios, de los campos de trabajo».

En todo caso, el autor calcula que, «en un 90 por ciento», los cerca de 200 hombres de esta compañía eran españoles y fueron auténtica carne de cañón en la II Guerra Mundial, siempre en cabeza en operaciones de alto riesgo. Antonio González destaca que la mayoría de los republicanos eran socialistas y anarquistas; «había pocos comunistas porque muchos marchaban a Rusia».

Como explica, «era una compañía dentro de un batallón de la Legión Extranjera. De Francia se los llevaron a Argelia para formarlos en el desierto y de allí pasaron a Marruecos, donde EEUU les armó. Luego, a Inglaterra y al Desembarco de Normandía. Aunque no participaron en la primera avalancha, estuvieron en vanguardia», precisa.

Antonio González cuenta que había oído hablar «muy de pasada» de La Nueve, hasta que encontró algunas pistas en internet que le animaron a reunir documentación durante dos años. Entre sus fuentes, la prensa internacional de la época «e informes de personas que vivieron parte de la contienda».

La Nueve pasó a Estrasburgo, a Austria, a Alemania y también entró la primera en la liberada ciudad de París. «Fue una nueva trampa porque París ya estaba tomada y esperaron a que llegaran ellos por si había alguna emboscada, que le pillara a La Nueve. Fueron carne de cañón desde el principio».

De hecho, como destaca el autor, de los cerca de 200 hombres que comenzaron, tan solo quedaban, al final de la guerra, cuatro, todos españoles.

A ellos también les sigue la pista: «Uno de ellos murió en Francia vendiendo chucherías en los Campos Elíseos, otro se dedicó a cazar nazis porque era capitán de buques, otro murió de un accidente de tráfico en Santander....».

Para el escritor, los de La Nueve son «los olvidados de la memoria histórica, porque aquí en España estamos con las cunetas pero ¿y las cunetas que hemos dejado en Francia, Alemania, Bélgica, Italia, Rusia..., esos no eran españoles?», se pregunta.

El autor recalca que el redescubrimiento de esta olvidada compañía ha coincidido con la llegada a la alcaldía de París de Anne Hidalgo, española de origen.

El libro se completa con capítulos dedicados a otros españoles que participaron en la II Guerra Mundial e incluso en la Guerra de Indochina con la Legión Francesa. «Para muchos republicanos, la División Azul fue Vietnam», cuenta en el libro.