­La historia del vino durante el siglo XIX y principios del XX mira hacia Málaga, en concreto, a los Montes de Málaga, un lugar donde predominaron las viñas de Pedro Ximénez; una uva que daba paso a un vino seco que se perdió con la crisis del sector y la filoxera y que desde hace dos años se puede volver a degustar gracias a las Bodegas Victoria Ordóñez.

Para Victoria, dedicada toda una vida a la gestión sanitaria y con un puesto en Carlos Haya, el vino siempre ha estado presente en su vida. Hija y nieta de familia inmersa en la exportación y distribución del vino, en 2004 entró a formar parte de un proyecto con su hermano dentro de este sector. Trabajo que alternó cuatro años con su puesto dentro de la sanidad y que abandona en 2008 para dedicarse a los vinos junto a su hermano. Sin embargo, su pasión va a más y decide emprender un nuevo reto.

En 2015 nace Bodegas Victoria Ordóñez, un proyecto personal con el propósito de recuperar aquellos vinos que la tierra un día dio. La que fue una de las zonas vitivinícolas más importante de Europa había quedado sepultada bajo los libros que cayeron sobre Victoria y que se marcó como objetivo recuperar el sabor perdido de los Montes de Málaga. En abril de 2015 comenzó la apasionante tarea de buscar las viñas que estaban perdidas monte hacia dentro y hacerse con toda la maquinaria necesaria para montar su propia bodega, una idea que no trabaja sola. En esta aventura le acompaña su hijo Guillermo, un ingeniero agrónomo.

La Ola del Melillero fue el primer vino que lanzó. La noche de San Juan de 2016 tenía en sus manos las 6.000 primeras botellas, un vino elaborado en un 70% por la uva Pedro Ximénez que ha tenido una gran acogida fuera y dentro de sus fronteras. El nombre, todo un acierto dentro de la ciudad y para los que no conocen lo que sucede en la playa de la Misericordia cada tarde suena «poético», según explica Victoria. Sin embargo, el vino del que nace este proyecto personal es Voladeros. Sus contadas botellas encierran el verdadero sentir de todo lo que ha hecho Victoria junto a Guillermo en los últimos años. Escasas 2.000 botellas con el sabor a la uva Pedro Ximénez de Los Montes de Málaga que tanto imperó en la tierra hasta finales del siglo XIX. «Ese era el auténtico reto. Nadie conocía ese vino, no sabíamos que íbamos a encontrar pero sí lo que queríamos. Un Pedro Ximénez cien por cien y elaborado de manera muy natural». Un producto singular que en el que en plena fermentación predominan los aromas de mermelada de pera y en el que luce en el etiquetado su insólita procedencia: los Montes de Málaga. «Es un vino que me enorgullece y lo paseamos por todo el mundo», expone Victoria.

De la mano de Voladeros, aquel 1 de noviembre de 2016 nació también Monticara. Un moscatel cien por cien que ha logrado ser «un vino serio» y se ha ganado la aceptación de los amantes de este caldo en sus exclusivas 2.000 botellas que sale cada año.

Y las ganas de crear no quedan ahí. Ya están inmersos en la elaboración de un tinto y tiene un proyecto fuera de Málaga, un verdejo de la Denominación de Origen Rueda. Un verdejo genuino denominado La Pasajera que hace un guiño a Málaga con su etiqueta, donde ha ilustrado una historia de una espía de la Segunda Guerra Mundial en el Puerto.

Su objetivo en términos empresariales en lograr en un futuro que sus ventas en el mercado internacional crezcan hasta ser el 80 por ciento de su producción. En estos momentos está en el 52 por ciento y países como EEUU, Luxemburgo, Bélgica, Alemania o Holanda ya degustan estos caldos malagueños.

En cuanto a la proyección de Málaga, Victoria es clara: «Málaga está empezando ahora. Está en una fase muy pujante porque desde finales del siglo XIX, con la filoxera y la crisis del sector del vino, no se había recuperado. Ahora estamos en fase de recuperación». La vendimia de los Montes de Málaga apenas era conocida por los propios bodegueros y la tierra tiene mucho que ofrecer. «Antes de la filoxera había 14 variedades de tinto y solo han sobrevivido dos o tres. Estamos buscando cuáles se adaptarían a nuestro campo», añade.