Los hosteleros de la calle Alcazabilla se quejan de la «rigidez» de la normativa vigente, que aseguran afecta «directamente a su negocio». Así, manifiestan que las continuas inspecciones para comprobar que sus terrazas no se exceden del espacio permitido, sumado a la dificultad que conlleva obtener licencias para ampliar las terrazas, suponen un gran «obstáculo en el desarrollo» de su trabajo.

Las tensiones por el tema de las terrazas del Centro parecen haber disminuido por ahora, a la espera del resultado de las negociaciones entre la Asociación de Hosteleros de Málaga (Mahos) y el Ayuntamiento con el fin de llegar a un consenso para la implantación de la nueva normativa. Sin embargo, las «estrictas» medidas de la ordenanza vigente siguen «hostigando» a este sector en zonas como Alcazabilla, donde los hosteleros dicen sentirse cada vez más «agobiados».

Las inspecciones son una de las quejas mayoritarias de los trabajadores de la zona,desde que se pusiera en marcha el plan de inspección y control de todos los comercios de hostelería de la ciudad. Una hostelera de esta céntrica calle -que prefiere no dar su nombre- afirma comprender la posición tanto del Ayuntamiento como de los vecinos, aunque defiende que las continuas inspecciones de la Policía Local «dan muy mala imagen al negocio, aunque entiendo que solo están haciendo su trabajo».

Por otra parte, sostiene que ha intentando conseguir licencia para ampliar la terraza de su local en diversas ocasiones sin éxito. «Yo entiendo a los vecinos y al Ayuntamiento, sin embargo esto afecta directamente a mi negocio y a la contratación de personal».

Los hosteleros afirman sentirse «agobiados» con esta normativa que consideran «poco flexible». Un camarero de un local situado en una de las calles que desembocan en el Teatro Romano afirma que «tener terrazas en el Centro se ha convertido en algo bastante agobiante» y considera la normativa «demasiado estricta», ya que les obliga a tener sumo cuidado «hasta si sacamos una mesa de más para un cliente que la requiere».

Una camarera de otro establecimiento de Alcazabilla se queja igualmente de la «extrema rígidez» a la que se encuentran sometidos debido a la Ordenanza de Vía Pública actualmente vigente. Asimismo, defiende que «ya no solo se trata del espacio, que también nos afecta, sino de la extrema persecución sobre el horario de cierre».

Del mismo modo, la trabajadora lamenta «que esta rígidez está perjudicando a los restaurantes de la calle Alcazabilla».

Nueva normativa

Sobre el estado de las negociaciones para la puesta en marcha de la nueva ordenanza, por el momento no hay nuevas noticias. Aunque el portavoz de Mahos, José Simón Martínez, adelanta que algunas de las medidas de esta nueva normativa no van a satisfacer a todo el mundo. Sin embargo, matiza que por el momento no hay nada definitivo, ya que todavía no se ha aprobado esta nueva normativa, en la que se lleva trabajando desde hace ya varios años para solucionar este conflicto.