­La mejora de la coyuntura económica de los últimos años está propiciando que el colectivo de jóvenes firme cada ejercicio un mayor número de contratos pero sin que ello suponga un aumento significativo del volumen total de empleo juvenil debido a la gran precariedad del actual mercado laboral. El último informe del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) sobre el mercado de trabajo de los jóvenes en Málaga, publicado recientemente, revela que las personas menores de 30 años firmaron a lo largo de 2016 un total de 238.250 contratos en la provincia, un 6,9% más que el año anterior, mientras que el número de afiliados a la Seguridad Social registrado a cierre de ejercicio (80.640) subió un 2,1% sobre las cifras de 2015. En comparación con 2013, que registró las cifras más bajas de afiliación a la Seguridad Social y de contratos realizados a jóvenes de toda la crisis, las cifras de 2016 presentan una subida para este colectivo de casi el 30% en contratación pero sólo de un 7,3% en cuanto a número de trabajadores.

El organismo público recuerda en su estudio que los jóvenes fueron en su momento el colectivo «más sensible y el que más pronto empezó a notar las consecuencias» de la crisis» y, del mismo modo, «es el que más tarde ha empezado a notar los efectos de la recuperación». «La contratación de jóvenes va subiendo en la medida en que se va reactivando la economía, si bien con un año de desfase con respecto al resto de edades», comenta el SEPE que se muestra optimista de cara al futuro. «Los indicadores señalan que el colectivo de jóvenes empieza a consolidar el cambio de tendencia en el empleo, lo que permite pronosticar unas previsiones más halagüeñas y prometedoras en los próximos años», apunta.

Los datos de 2014 y 2015 ya mostraron en su momento significativos repuntes en la contratación de jóvenes del 8,3% y del 11,8% respectivamente. La afiliación, en cambio, mostró en esos años una marcha más errática, con un alza del 6% en 2014 y un descenso del 1% en 2015. De cualquier forma, la evolución general es positiva teniendo en cuenta que la crisis, hasta 2013, había causado estragos en el empleo juvenil de la provincia. Hasta esa fecha, Málaga registraba una pérdida acumulada del 52% de sus afiliados menores de 30 años respecto a antes de la recesión (en 2006 daba empleo a 155.000 y en 2013 la cifra se había reducido a sólo 75.000) mientras que el volumen de contratación caía también un 46% (de casi 342.000 contratos firmados en 2006 se pasó a 183.850 en 2013).

Las cifras de 2016 del último informe del SEPE muestran ahora un nuevo aumento de las contrataciones pero sin que la subida de afiliados suba en la misma proporción, lo que indica que el empleo generado es en su inmensa mayoría temporal y de corte estacional, ligado sobre todo al turismo. En este contexto, hay muchos jóvenes que encadenan un contrato temporal tras otro, ya sea cubriendo un mismo puesto de trabajo o rotando de forma constante por diferentes empleos. De hecho, el 94,3% de los contratos hechos a jóvenes en 2016 fueron temporales frente a sólo un 5,6% de indefinidos. El creciente recurso a la jornada parcial por parte de las empresas es otro característica del actual mercado: este tipo de contratos representó el 51% del total de los que se firmaron el pasado año (en 2014 fueron el 45% y en 2015 el 48%).

Servicios mantiene la hegemonía

Por sectores, el segmento más castigado por la crisis continúa siendo la construcción: de realizar casi 75.000 contratos anuales a jóvenes en Málaga en la época del boom ha pasado a 9.234 en 2016. Su peso actual dentro del total de la contratación es del 3,9% mientras que en afiliación se queda en el 4,8% (cuando antaño era el segundo sector en trabajadores tras los servicios). Los datos de la industria son de parecido orden (3,6% de contratos y 4,9% de afiliados) y los de agricultura son algo superiores (8,6% y 5,5% respectivamente).

El sector servicios continúa ejerciendo de gran motor de la economía malagueña, reuniendo el 84,7% de la afiliación de los jóvenes y el 83,8% de los contratos. La hostelería y el comercio son las actividades líderes dentro de este segmento en tanto que el verano es la época de mayor contratación.

Según los datos del SEPE, los puestos para los que se realizaron más contratos en 2016 fueron los de camarero (49.247), dependientes en tiendas y almacenes (23.272), peones agrícolas (13.348), personal de limpieza en hoteles y oficinas (7.839), ayudantes de cocina (7.649), monitores de actividades recreativas y de entretenimiento (7.505), peones de las industrias manufactureras (6.362), peones del transporte de mercancías y descargadores (4.623), promotores de venta (4.444) y cocineros asalariados (3.993).