Tranquilidad y relajación suelen ir de la mano en las vacaciones. Sin embargo, no siempre suele ser así. Los problemas derivados de la falta de comunicación en la pareja se visibilizan fuera de la rutina diaria y pueden llegar a la ruptura. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), casi un 28 % de las rupturas se producen en los meses posteriores al período de vacaciones.

Sólo seis de cada diez parejas que acuden a una sesión de terapia salen adelante frente a las ocho de cada diez que superan una infidelidad, apunta la sexóloga Emma Placer, quien recomienda comenzar las vacaciones con una actitud positiva. «La clave es la motivación, que lo que vayas a hacer y con quién vayas a hacerlo te apetezca mucho. Es muy bonito y suele funcionar muy bien planificar cosas que a los dos les haga mucha ilusión», añade.

Para Sara Buchón, terapeuta y psicóloga, la comunicación en la pareja es un elemento primordial durante el periodo estival. Ante la preparación de un viaje, la toma conjunta de decisiones aumenta: «¿Qué lugares visitar?», «¿dónde comer?», «¿cuánto estamos dispuestos a gastar?», ¿qué hostal elegir?».

Ante tantas dudas, si la pareja no cuenta con una sólida base de confianza y comunicación, será difícil no terminar el viaje antes de la cuenta.

Según Buchón, en invierno se sigue una rutina diaria que deja poco espacio para la vida en pareja. El trabajo reduce el horario que la pareja puede pasar junta, por lo que los momentos en compañía son escasos. En muchas ocasiones, esto elimina el fino hilo de la intimidad entre ellos.

Muchas veces, la distancia entre la pareja ya había crecido y es en el momento de compartir tiempo y espacio cuando estos problemas afloran. La rutina laboral oprime el tiempo disponible para disfrutar en pareja hasta limitarlo a la cena y el descanso nocturno, o solo en algunos casos, la comida, afirma la psicóloga y terapeuta.

Todo ello amplía la distancia emocional hasta consensuar la inevitable ruptura, recogida en un duelo emocional.

Este duelo, según la terapeuta, pasa por varias fases: la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación. Cinco etapas que pueden pasarse de manera consecutiva o no: «puede haber saltos entre unas fases y otras, aunque también hay personas que se quedan estancadas en la primera etapa de negación».

Esto, según la psicóloga, es importante, pues puede terminar en un duelo patológico: «la persona comienza a dormir peor, lo que deriva en la falta de sueño. También se alimentan peor y empeoran sus relaciones personales», añade la terapeuta.

Para evitar el problema sentimental de la ruptura y sus posibles consecuencias psicosociales, la psicóloga Buchón recomienda trabajar la comunicación en cada etapa del año y, evitar así, los problemas que la intimidad brinda a aquellas parejas que no están preparados para ella.

Y advierte de la necesidad de fortalecer la actitud positiva ante posibles obstáculos que cambien los planes de viaje previamente preparados. Más importante aún, señala, es consensuar momentos de privacidad que posibiliten oxigenar momentos de tensión.