Septiembre no solo es el principio del fin del verano. Septiembre va de la mano de la vuelta al trabajo, la vuelta a la rutina y al equilibrio alimentario. Y es que después de los excesos del verano; las dietas, los cuidados del cuerpo -e incluso los tratamientos estéticos- se convierten en un proceso inevitable para muchos.

El aumento de peso, ocasionado por el descontrol en los horarios y la vida sedentaria del verano, se convierte en una preocupación. «Además de volver a una alimentación equilibrada, es importarte retomar la práctica de ejercicio físico adecuado para conseguir antes nuestro objetivo y recuperar nuestra forma física», explica el responsable de la Unidad de Obesidad y Nutrición del Centro Médico Quirónsalud Málaga, Daniel Cabo.

Esa alimentación saludable pasa por reducir el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas -como carnes rojas, embutidos, lácteos y dulces-, sal y azúcares añadidos. Cuyo consumo, además, puede favorecer la aparición de problemas como hipertensión o colesterol. Las bebidas carbonatadas, algo que en verano es prácticamente inevitable no consumir, deben empezar a cambiarse por el agua. Y el reparto equilibrado de los alimentos en cinco comidas diarias es uno de los hábitos que hay que asumir.

También el ejercicio es fundamental para afrontar la cuesta calórica de septiembre. Algunos optan por el gimnasio y otros, en cambio, prefieren andar o correr al aire libre. Ambas opciones ayudan, lo importante es saber organizar una rutina de ejercicio para activar tanto el cuerpo como la mente.Daños solares

Pero el peso no es el único protagonista de esta época. Durante el periodo estival, la exposición continuada al sol, los cambios bruscos de temperatura, el agua del mar y el cloro son los enemigos primordiales de la piel y, sobre todo, del rostro que adquiere un tono apagado y falto de brillo cuando avisa de la deshidratación que está padeciendo, según explican desde el hospital Quirón. Por ello, se hace necesario mantener una hidratación facial adecuada para así evitar el envejecimiento precoz. Además, la sobreexposición al sol hace que aparezcan manchas, arrugas y, en el peor de los casos, cáncer de piel. Con dicha exhibición abusiva al sol, se produce un fotoenvejecimiento que, por la luz ultravioleta, daña las fibras de colágeno y causa una producción excesiva de fibras de elastina anormales. «El mecanismo de defensa de la piel intenta mejorar esta situación, provocando la formación de fibras denominadas cicatrices solares, que generan arrugas y depresiones cutáneas», aclara la doctora Esther Ristori, dermatóloga médico estética del Hospital Quirónsalud Málaga. Para conseguir eludir estas complicaciones existen tratamientos como el láser dermoestético, los hilos tensores, las vitaminas, el ácido hialurónico y otras terapias hidratantes. El ácido hialurónico, un método cada vez más utilizado para rellenos faciales como pómulos, patas de gallo o eliminación de ojeras, es una sustancia que se encuentra en el cuerpo de forma natural y cuya función pasa por mantener un nivel favorable de hidratación en la piel. Aunque beber agua, seguir una buena alimentación y no tener falta de sueño siempre han sido las pautas a seguir para lucir un rostro impecable.

Eliminar las arañas vasculares también es uno de los principales intereses cuando acaba el verano, momento en el que se puede hacer el tratamiento por la no exposición al sol. Durante el periodo estival muchas mujeres se sienten incómodas por la presencia de estas varículas en las piernas, por ello optan por dicho tratamiento.