El mercado inmobiliario español ha consolidado en 2016 su recuperación después de un trienio de crecimiento, aunque a distintas velocidades según el área geográfica. Las expectativas sobre el potencial de la demanda indican que la tendencia sigue siendo positiva, hasta el punto de que las áreas urbanas de Málaga podrán agotar su stock de pisos nuevos en menos de tres años. Una buena noticia para el sector, ahogado por el exceso de oferta y la nula capacidad de los consumidores para poder adquirir una vivienda con la crisis, sin recursos propios y sin créditos hipotecarios disponibles. En los tiempos más duros de la recesión, se llegaron a contabilizar sin vender en la provincia casi 30.000 residencias recién terminadas por las constructoras.

El stock durante el inicio de la crisis se originó por el exceso de generación de oferta y el posterior deterioro de la demanda, alcanzando su máximo en el año 2010. El sector financiero concentra la cuarta parte de este remanente del mercado. Sin embargo, en Málaga, según el Anuario Estadístico del Mercado Inmobiliario que acaba de publicar la consultora RR de Acuña y Asociados, ya existe equilibrio entre la oferta y la demanda, lo que permite ser optimistas en el corto plazo a la hora de hacer una previsión.

En la actualidad, y según las cifras oficiales del Ministerio de Fomento, el stock de viviendas nuevas sin vender en Málaga asciende a 10.000, una cifra que los promotores consideran abultada y la sitúan en 6.000.

El estallido de la crisis dejó una numerosa bolsa de viviendas nuevas sin vender. A este stock se sumó una abultada oferta de pisos de segunda mano resultado de herencias o que pasaron a manos de los bancos y se pusieron a la venta. Con la recuperación de la actividad inmobiliaria se está empezando a absorber este stock, sobre todo en en las principales áreas de costa turística y metropolitana, entre las que se encuentran la provincia de Málaga.

El stock de vivienda nueva se sitúa en 391.000, lo que supone la absorción de un 11% con respecto al último año en todo el territorio nacional, dice el informe. Con ocho provicnias las que tiran con fuerza de este carro: Baleares, Las Palmas, Cádiz, Tenerife, Málaga, Barcelona, Vizcaya y Madrid. Y siete provincias concentran la mitad de esta demanda nacional, por orden: Madrid, Barcelona, Alicante, Málaga, Valencia, Baleares y Sevilla, según el anuario de Acuña y Asociados.

La agencia también señala que en España, el 40% de la bolsa de vivienda pendiente de vender se encuentra «en áreas sin o con baja demanda», un 17% en zonas turísticas y el 43% restante en áreas metropolitanas. Y será en esas zonas urbanas y en aquellas de influencia turística elevada donde antes se digerirá el stock, según concluye el estudio.

La reducción de esta oferta es fundamental para reactivar el sector de la construcción, puesto que mientras haya un importante número de pisos en venta en el mercado, los promotores no se animarán a incrementar la edifición. De hecho, a la par que se reduce el este stock, motivado lógicamente por el incremento de las ventas, en estas mismas zonas ya se observa un aumento de la producción de obra nueva. Acuña y Asociados informa de que cuatro provincias lideran el 49% de la construcción de viviendas: las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona; e impulsados por el tirón de la actividad turísticas, las costas de Alicante y de Málaga, que junto a Valencia, concentra el 16% de las viviendas terminadas.

En la provincia, el stock de vivienda nueva se sitúa en 10.692 al años, y la demanda en 4.096. De este modo, Málaga prácticamente se sitúa en todas las previsiones que muestran el alza de un sector fundamental para su tejido productivo. Ocupa el cuarto lugar en viviendas nuevas iniciadas en 2016 y el tercero en terminadas.

El parque de viviendas es de 945.810, de las que el 79,21% son de propiedad y únicamente el 13,64% de alquiler.

Acuña y Asociados también ofrece datos hipotecarios. La hipoteca media se sitúa en 125.946 euros.